miércoles, 7 de octubre de 2009

Las antiguas brujas ya murieron. Ahora quedan por ahí mujeres que ni son brujas ni usan escobas. Criticonas histéricas preocupadas por el tubo de la fachada de su casa, de auto0construcción, método este, el de la autoconstrucción, que odia el extranjero Lizundia. Ayer estuvo en el programa La Puerta de Radio Unión Tenerife. Buen Programa, según el oyente Marcelino. "Lizundia es el único romántico que había allí... y el que ponía las cosas en su sitio... ustedes defendían a los virtuosos, y él defendió hasta el Estado, él era... no sé..." En fin, si Lizundia no existiera, habría que inventarlo. "Un forastero como él te jode menos aquí que el propio paisano". Menos mal que Marcel es el autor del Fuego de siempre, Paisaje irreal de Zacarián y Retrato de Marlou Diésel, porque si no... Por lo demás, estoy de acuerdo con el autor de Diario de un abogado mundano. En nombre de la palabra pueblo se han dicho y hecho más que tonterías muchas veces. Y el pueblo en sí tampoco es ninguna maravilla. En fin, si hay suerte seguiremos hablando en la radio con el amigo Lizundia, y ojalá también con su hermano, y que el desertor Anghel Morales regrese y... bueno, ya veremos.

3 comentarios:

campanilla dijo...

Criticonas histéricas las hay igual que criticones histéricos, no se meta en un jardín del que pueda salir mal parado, Sr. Castellano. Aunque no soy feminista pura y dura, (nunca me ha gustado el feminismo como tal) las connotaciones machistas gratuitas creo que están de más en este comentario suyo.

Jesús Castellano dijo...

Sra. Campanilla, criticones neuróticos y paranoicos y pollabobas también los hay. Todos lo somos en algún momento. Histéricos no sé. La histeria, según el sicoanalista de Viena, sólo se da en las mujeres. Y el caso es que las habitantes de la fachada del tubo de marras son mujeres, que a veces son tan no sé qué como los hombres, que también los hay que se las traen en lata en este pueblo. De ellos, incluido yo, hablaré en otro momento. Por ahora me preocupa Hacienda, que también tiene nombre femenino, y de eso yo no tengo la culpa. Y de salir expulsado de jardines y palacios, ya lo tengo como costumbre, y como soy bicho viejo, mis pecados están anquilosados y... etc. Por lo demás, encantado de ternela como lectora y coautora de esta obra de autoconstrucción comunal.

campanilla dijo...

Tiene ud. razón, la histeria como enfermedad es propia de las mujeres, puesto que su nombre viene del griego "hystera" que quiere decir ùtero, que es propiedad femenina. Pero la palabra histéricos, en este caso se refiere al comportamiento y no a la enfermedad, por eso los hay de ambos sexos. Doy por hecho que estamos de acuerdo entonces en que histéricos hay en los dos sexos y no exclusivament en el femenino.
De Hacienda, yo tampoco tengo la culpa, pero ya sabe lo que dicen: "Hacienda somos todos".
Y para terminar, me alegro y le agradezco el que me acepte tan elegantemente en su blog, y hágame caso, escriba poesía.