domingo, 25 de octubre de 2009

Sigue sonando el disco rayado de la demagogia independentista de esas editoriales malsanas de ese periódico de cuyo nombre, etc. Ojalá, cuando mi amigo Berto de Los Cristianos gane esa pasta gansa con el banco de marras, emplee el dinero por la patria en comprar una mordaza para ponérsela al editorialista cansino, porque la libertad de expresión es un logro, pero cuando la libertad esa sólo sirve para repetir un día sí y otro también un discurso que dice estar con la independencia y en realidad hace política pura, como Ana Oramas, al servisio de los depredadores, llega un momento en que si no callamos al perro ladrador, entonces mejor es que nos jodan ya completamente.
Más grato fue ayer el viaje a Icod, con Marcelino. Bruma en las cumbres. El casino de Icod, llevado por gente amable y acogedora. Icod no me es indiferente. Mis abuelos Juan y Petronila,
y mi padre, etc., son de esa tierra de vinos, y yo estoy empadronado allí. Pues allí encontramos a los amigos Anghel y Laureano de Lorenzo, hombre que sólo se ha emborrachado tres veces en su larga vida pero que está haciendo una labor de reportero fotográfico inmejorable. Iván, el hijo de Anghel, presentaba su primera novela: Oikia dualidad. Buena presentación y buen vino de bodegas La Palmera, y charla grata con la gente del casino, y cuadros que merecen más de una mirada, de una exposición de Antonio el de Pilar Pomares (no acierto ahora cómo se escribe su apellido alemán, pero en este país, por mucho que diga mi hija Sibisse que somos un patriarcado, a los hombres los conocemos por la mujer que está con ellos, pero por si acaso, si me acuerdo se lo pregunto el martes a Ramón en la sinagoga). Ramón dijo que iba pero no fue. Puso la disculpa de que estaría en el Sur. El otro día estuvo aquí en San Andrés, haciendo fotos del castillo, y de los barcos de Suso, y de María Leonzia, y lo mordieron los perros de Suso.
En el viaje de regreso vino De Lorenzo con nosotros. Dijo haber descubierto quién era Campanilla. Sus razonamientos detectivescos no están descaminado. Quizá sea esa chica morena que él dice. A Marcelino también le intriga quién es la tal Campanilla. Tanta intriga como quemadura que tiene el hombre con que yo haya publicado ya dos novelas y a él nada, ni una reedición del Retrato de Marlou Diésel. Si yo fuese lector yo también estaría quemado. Tanto mamón chupando del bote, y uno de los mejores escritores que hay ahora en estas islas, tocándose las narices. Y pagando las copas, en San Andrés, con el amigo Chani apuntado a la escandalera. Ron Aldea en el Monterrey. Pero Marcelino tuvo buen tino, no cogió el coche y se fue caminando bajo la luna a través de la noche. ¿Habrá llegado a su destino?
Hablamos, entre otras cosas, de mi amiga y colega Candelaria Quintero. Esta autora, después de eones de tiempo desaparecida, me llamó al móvil estando todavía en Icod. Hablamos un rato, la noté animada y combativa. Recordé sus obras publicadas y algunas inéditas, por fuera y por dentro.
Y por lo pronto nada más, querido diario, pues Thor está reclamando salir a pasear y mi padre está en la cocina haciendo la comida, y dentro de media hora empieza el partido del Tenerife. A ver si esta vez gana, que ya es hora.

1 comentario:

campanilla dijo...

Ya veo por lo que cuenta que fue una velada agradable y con gente entrañable en Icod. Una pena no poder habaer asistido, seguro que Ud. hizo grata la presentación con su elocuencia y saber hacer.
De todas formas he visto las fotos en el blog del Sr. De Lorenzo, buen ágape.
Al amigo Marcelino, le diría que escribiese también por aquí, sería muy interesante. Yo leí los relatos de Marlou Diéses y también algún que otro artículo suyo, y creo que sería estupendo leerle por aquí también.
Y por último, ya sé que esto va a aumentar el morbo de saber quién soy, pero les digo una cosa sres. descarten a las morenas porque no lo soy.
P.D. ayer hice aquí este comentario más o menos, pero por brujerías de la técnica no salió, asi que si hoy sale doble, disculpen uds.