viernes, 27 de noviembre de 2009

rondando en la rueda del libro

Bien es verdad lo que dicen de que los mejores humoristas son los judíos. Eso de Radio Tijuana Libre es un acierto que merece un brindis con buena cerveza bávara, cantando Lilih Marlen... Un acierto de mi amigo Lizundia el judío. (Aún no tengo la fortuna de tenerlo como enemigo.) Eso de rebautizar es fruto de la voluntad del pueblo. Aquí en San Andrés es raro quien escape de un mombre. Un nombrete. Aquí en San Andrés y en Pekín, no vaya a creer Ramón que sólo hablo de San Andrés. Hablando de Ramón, el otro día me regaló unos tenis. Tengo que arreglar un desperfecto pero me van a quedar... Ahora Ramón está un tanto mosquiado porque lo llamé archivero. Archivero es una cosa que a mí me hubiera gustado ser. Soy tan desordenado que le tengo envidia a esa gente que tiene un sitio para cada cosa y cada cosa en su sitio. Y por lo demás, mientras vígilo encontrar a Campanilla, en el terreno amoroso, en la zona política crece mi fulgor por Dulce Xerach. Yo sé lo que me digo. Por mucho que diga José María, tengo olfato político. Soy mejor político que escritor. Y con más moral que el Alcoyano. No estoy ni creo en ningún partido, pero sé que voy a prosperar. Dicen que de los buenos delincuentes salen excelentes policías... y diestros políticos. Ya verán.

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