Que una saudí,
alma de hurí,
encuentre en el largo viaje.
Chani se va
al Oriente,
que halle la rosa azul.
Ya no tendré
quien me diga traidor.
Maná y mezquita lo reciban.
Si regresa musulmán
adorará a la media
luna de San Andrés.
Y si Yahvé lo visita
y abraza la Torá,
cantará salmos cuando vuelva.
Que allá en Arabia,
aunque le digan barracón,
duerma en un palacio.
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