miércoles, 6 de enero de 2010

primeras lluvias de invierno

Chani en el Monterrey,
junto a Pedro.
Otra vez la pelma
de los 20 euros.
Demasiada calma
en la mar.

"En junio, Jesús,
me voy a Arabia Saudí,
y entonces te devuelvo
los 20 euros, y hablamos
con Dios en este día
de Reyes. Necesito
hoy un regalo".

¿Y quien no, amigo,
mientras la lluvia moja
la piel de las calles?

y Alberto, el penúltimo
colono de las casetas
de pescadores
quiere quedarse hasta
el último día
y luego irse a ese
piso de barriada
que le han prometido.

Y quién no, amigo,
cuando la lluvia riega
en la azotea
las rosas de mi madre muerta,
no ha querido un regalo
en esta la isla
que no existe,
la isla del espejismo,
la que ya no se acuerda
de las jóvenes guanches
que llevaron
a los mercados de esclavos
de Valencia y Sevilla.

Les aguardaba el servicio
de criada, o el oficio
de puta, y tal vez alguna
tuvo otro destino.

Y hoy puede
que en una taberna del puerto,
escapada de una jaula de cristal,
le pida 20 euros a un marino,
y en San Andrés llueve y no nieva
en ese Teide, y el mar
está en calma esta noche.

1 comentario:

5181553 dijo...

Bonitísimos poemas y haikus. La poesía siempre nos da más, sea como sea.