jueves, 14 de enero de 2010

reflexiones irreflexivas

Los adulones son alacranes disfrazados de babosas.



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Se creyó que era un autor incomprendido hasta que leyó una obra ajena digna de olvido. Allí vio los mismos tópicos, el mismo estilo... que él había empleado en su obra. No escribió más. Desde entonces goza de buena salud. Para que luego anden diciendo que los pésimos libros no son ejemplares.



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La obsesión contra Las Palmas y el independentismo de la marca editorial del periódico más vendido, cortinas de humo, alfombras que ocultan...

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Envidio a Zapatero. Él dice y hace lo que dice y hace y le pagan. A mí no.

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"No pongas más que dinero en tus bolsillo", dijo Shakespeare. Lo demás son palabras vacías.









Y ahora, listillo, dime que me aplique el cuento. Luego te lo aplicas tú también, ¿vale?

2 comentarios:

Anghel Morales García dijo...

Espero que mis impertinencias te ayuden a pensar bien y a escribir mejor y no olvides que un montón de conceptos unidos no forman jamás un libro, ni un montón de conceptos ritmados podrán detener el olvido.

Jesús Castellano dijo...

No sé quién lo decía, pero yo no lo dije: No hay nada de malo en ti que un milagro no pueda arreglar.