sábado, 13 de febrero de 2010

explicaciones

Quizá, a veces, aún contradiciendo la opinión gitana de no dar explicaciones, procuro darlas, aún sabiendo que los oídos sordos seguirán no oyendo sino el borboteo de sus propias mierdas. Conocí mucha gente de izquierdas, cuando creía que la izquierda era una solución a los problemas sociales, que se metían un dedo en el culo y luego se chupaban el mismo dedo antes de hablar, para repetir las consignas del partido. Anarquistas, comunistas... Excelentes herederos e imitadores de gran parte de la Iglesia, "nosotros tenemos la verdad y a los infieles hay que desprestigiarlos, y si es posible, quemarlos en la hoguera". Eran como esos curas que predican la castidad en el púlpito y practican todo lo contrario en la sacristía.
Me quedé pensando en una cosa que dijo Ramón, aquí en estas página, que hablaba de los buenos escritores que son malas personas. Algunos ejemplos eran como para tirarte al suelo y decir que te dio un dolor. Dudosas personas fueron los presuntamente izquierdosos que los criticaron, los condenaron y los metieron en capilla. Arribistas babosos y envidiosos que no soportaban a alguien más brillante que ellos. Que les den, como dijo Maradona.
Y por supuesto, las derechas no se quedan atrás. Aunque hay personas que valen la pena en un lado y en otro y en ninguno de los lados políticos. Que valgan la pena no significa que sean buenas personas. Dios nos libre, muchas veces, de los que van de buenos por la vida. Suelen ser los peores, los taimados, los resentidos, los cobardes, los amargados...
Pero la explicación que quería dar es sobre el independentismo. En mi caso no es político, ni ideológico, aunque admiro y respeto a Antonio Cubillo. Mi independentismo es simplemente un estado anímico, y es más utópico que práctico. También en las franjas independentistas... bueno, ya he escrito deso. Quizá, siguiendo a Juan Royo, ya es hora de hablar de literatura, es decir, de la vida y de la muerte... aunque todavía nos quede pasar por eso que llaman plan de ordenación urbana... También forma parte de la vida y la muerte, del amor y del odio, o de la indiferencia, en el caso de la ciudad... En fin, mañana más.

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