miércoles, 9 de junio de 2010

Viaje al fulgor del barranco

Hay un tiempo para todo bajo el Sol. Un tiempo para los cuentos infantiles y un tiempo para los cuentos reales. Al argumento no le quita razón la pasión con la que es expuesto. Además, la pasión es señal de convicción. Y salir por peteneras no es la solución para que nuestra voz se alce con autoridad. Para mí, contrariamente al hombre del bosque quemado, Ramón Herar, fue un buen programa. Ese día tenía conmigo la carta sin nombre, la carta sin ideas, por lo menos ideas preconcebidas, y la supe aprovechar. Charlín embistió como un centollo gallego, pero Víctor no se amilanó y su argumentación era mucho más solida. La convivencia palestinos @ judíos es deseable. Quizá entonces Radio Tijuana viajemos a Israel. Israel bien vale un viaje. Un viaje iniciático como cuando un BMW donde viajo a San Andrés explora el espacio...

Como siempre, faltó el hombre categórico: Anghel. El sabe que razonar bien no es signo de tener razón. De igual manera que a veces los árboles no nos dejan ver el bosque, las ideas no nos dejan ver la auténtica realidad. Más valioso es un buen ojo clínico, como el de Cherlos Holmes.

También se ha dado a la ausencia Juan Royo. Este martes tampoco apareció. José María Lizundia releyó El fulgor del barranco . Elogia la construcción de la novela pero lamenta la ausencia de emoción. La construcción de la novela es impecable, en eso estoy de acuerdo. En lo otro no. La primera lectura ya dejóme un recuerdo de personajes inolvidables, empezando por el moro y terminando por su señora cristiana católica, después de pasar por algunos otros, como Franco, personaje vivo en El fulgor del barranco, donde sin embargo pudo haber muerto, asesinado por el moro Juan. Es verdad que Juan Royo mantiene a su narrador a cierta distancia, para conservar la objetividad y ser ecuánime, no contaminarse con la demasiada cercanía a los personajes de la novela. Pero eso también tiene la virtud de darle claridad al espacio de la novela. A cierta distancia vemos mejor lo que está ocurriendo. Son los personajes los que se olvidan del narrador y hablan por sí mismos. Al narrador no le cumple otra función que decir lo que están haciendo. Y se lo agradecemos. Una vez dentro de la novela un buen lector está condenado a convertirse en el moro Juan, y una lectora, en la anarquista o en la señora. A veces hubiera querido que el narrador le diese al pobre moro Juan algo más de fulgor con la señora, la auténtica antiheroina de fulgor en el barranco.

--Son unos abusadores. Tienen una técnica de lucha especial, que la inventaron ellos, los judíos, y podían haber reducido a los del barco con esa técnica que tienen, sin necesidad de disparar --dice Chani--... ¿qué libro es ese?, ¿también es de uno de esos del PP que van contigo a la radio?

Le informo de lo que va el libro, y dice que se lo deje para leerlo. Le pregunto que cuándo diablos va a volver a la radio. Ni caso. Lástima. El cabrón tiene sexapil radiofónico. Y leía los poemas de Octavio Paz como nadie. Es buen lector, a ver qué me dice de El fulgor...

y este jueves Miguel Angel Díaz Palarea en la librería del Cabildo, antiguo Teatro Baudet, con Anghel Morales de escudero. Acto sólo para valientes. Este jueves a las ocho. Un ciclo que comenzó con Victor Ramírez, el jueves pasado. Victor Ramírez, un hombre que no oculta nuestros defectos y tendencias mimosas o miedosas, y nos invita a ser rebeldes y auténticos, y cortar las amarras que nos ata a Borbonia.

2 comentarios:

campanilla dijo...

Ayer puede escuchar el programa. Desde hace tiempo por razones que no vienen al caso no puedo hacerlo, y el tema propuesto para ayer me pareció muy atractivo e interesante, el de los cuentos infantiles, que la verdad es que tiene mucha miga.
Pero como siempre, el tema se fue por otros derroteros, pero bueno, si he de ser sincera, el programa me gustó, y bastante.
Aunque en un principio el cacareo fue un poco bochornoso, tampoco lo fue tanto como para cambiar de dial como dice Ramón, y al final las aguas volvieron a su cauce logrando respetarse la palabra los unos y los otros, y a mi parecer quedó un programa digno e interesante.
Yo no suelo pronunciarme sobre política y estas cosas, principalmete porque carezco de argumentos suficientes para rebatir a nadie, pero lo que sí tengo muy claro, es que en estos casos, ni los "buenos" son tan buenos como nos quieren hacer creer, ni los "malos" lo son tanto.
Todos tienen su punto de razón, pero los intereses siempre sobreponen la suya, y ante eso es muy dicícil llegar a un acuerdo razonable para ambas partes.
Además, ¿quiénes son los buenos y quiénes son los malos???????

Y ya por aprovechar la ocasión, me encantaría de verdad que hicierais el programa de los cuentos, y bueno, tu sueño-cuento con los personajes de Radio Tijuana, digno de soñarlo, ver a Víctor de Blancanieves, a Ramón de Príncipe, a Jose Mª de Merlín, y a Ud. de enanito... qué pena que no se puedan grabar los sueños, pero tiempo al tiempo, todo llegará.

Ramón Herar dijo...

Me temo que ese príncipe no despertará nunca a esa princesa vestida de campesina. Demasiada barba en la cara y pajaritos en la cabeza.