martes, 6 de julio de 2010

uNA NOCHE TAL, CON cHANIN

--YO TE ENGAÑÉ A TI Y A mARCELINO, LES QUITÉ La sustancia porque ustedes estaban colocados. Y yo, Chanín, pensé, "si ellos se van a acostar y yo, Chanín, me voy a quedar aquí, me lo mando yo, con el pensamiento de que ellos también se lo están mandando.
¡Viva la felicidad! La mía y la dellos, amén, así sea --dijo Chani, el profeta de San Ándrés--. ¿te gustó lo que te estoy hablando?
Los días pasaban y la vida no dejaba de hacerse más lenta.
Pasamos de tribu en tribu. Los vestidos, los dialectos, los modos de vida cambiaban.
Abandoné Radio Tijuana, y el día que me caí en los zarzales me di cuenta que la vida está llena de espinas.
¡No me hizo falta leer a Platón!
Noche con Chani, mi hermano, en el patio de la casa de mi madre. Noche mágica.
--La polla y el tolete --dijo Chani--, sin ánimo de ofender a nadie... díle, díle, dile a Marcelino y a Ramón que se echen en lo seco.
SuculeNto era su corazón, y cogí un cuchillo en la cocina, lo escondí detrás de la camisa, salí al patio y allí estaba Chanín, sentado en la mejor silla.
Creyendo yo que estabA ensimismado, intenté agredirle con el cuchillo, pero de repente, como ave Fenix, despertó De su letargo.
No me atreví a contar, pos el miedo inundó mis arterias, mis músculos y mis órganos, cuando de repente, Chanín disparó como un relámpago, contrarrestando... ¿cómo te digo?... mi ataque. como una ráfaga de movimientos sincronizados, como...

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