domingo, 20 de marzo de 2011

un judío toma apunte en la charla de los judíos de Tijuana

Los que no tenemos sino gotas de conocimientos sobre infinitas-oceánicas materias y facultades, en buena ley tendríamos que estar callados. Somos rebaño que no creemos en el rebaño. Ni al balido del rebaño tenemos derecho. Y más cuando seguimos creyendo en los dioses que han muerto y descreemos de los nuevos dioses y justificaciones: santa democracia, Dios Comunidad Internacional, ONU su profeta, etc. Que le den a Gadafi donde más lo merece. En lo demás, al buen callar lo llaman Chito. Por eso callado la boca, en parte por cariño a los ponentes (hermandad judía de Tijuana) y en gran parte por egoísmo (empaparme de nuevas gotas sobre un universo ignorado), compuse la infraestructura en Cajonera city y decidí subir a Cota 600. Llegué en 15 minutos. Observo desde la calle los ventanales del Ateneo. Nadie que invite a entrar. Ni sombra del Camarote. Bajo Al Faro. Triste noticia de que al final de este mes cierran. Hojeo los libros editados de lujo, libros objeto que decían los progres del norte de España. Abrirlos es elogiar el celofán y desdeñar la basurita bien presentada. 20.30, hora oficial del inicio. Media hora más tarde comienza el verbo emanado de la carne de la lengua. Sin micrófonos. Víctor me recuerda las clases de semántica de Ramón Trujillo. "Lo crucial es el paradigma: constelación global de valores"... "judaísmo inseparable del Estado de Israel"... "paradigma de los judíos en el mundo moderno: el antisemitismo cambia de matiz cuando se ve que los judíos asimilan el entorno, han superado la prueba de la asimilación. Esto ocurre a mitad del siglo XIX, cuando surge el antisemitismo racista" (no estoy de acuerdo, pero como no tengo argumentos en boca cerrada no entran romanos).
--Y del paradigma de la agilidad, ¿qué me dices? --interrumpe Lizundia. Y el nahualt informa de que Palestina ha existido con los judíos desde hace cuatro mil años, y habla del Templo de Jerusalem y de la Santa Alianza (nada que ver con la alianza de las civilizaciones, pienso)--. Al margen, sin negar Templo ni Santa Alianza, se colocan los intelectuales judíos, que tienen una idea de sionismo cuyos rasgos son contacto con el campo, sociedad democrática, plural...
Víctor aprovecha un silencio de su hermano y lo adelanta por la derecha, y nombra el diario de Mark Twain, de cuando el escritor estuvo de visita en Palestina, "entonces lugar no poblado sino con beduinos que iban de aquí para allá".
--Los árabes fluyen (en Palestina) al conjuro de la población judía procedente de Europa, que compra tierra a terratenientes árabes que se daban la gran vida en el Cairo o en Beirut...
--En la historia de la ciencia, los paradigmas se suceden unos a otros --insiste el nuevo mandarín de Tijuana--. En la historia de las religiones, los paradigmas se solapan unos a otros... Tenemos (1) el paradigma monárquico (expandir Israel, la idea del gran Israel), (2) sacerdotal --(aquí una palabra que no descifro en mis apuntes)--, (3) rabínico (derecho de familia), y (4) de la edad moderna (Tel Aví) que florece en estamentos como las universidades, el Ejército...
En fin, la falta de micrófonos no me dejan seguir bien la oratoria gregoriana de Lizundia (por el tono, salmódico, a media voz), Habla de los lobbies judíos en Alemania, que no se bombardeó ni una sola vía férrea.
--Israel significa "Dios hace la guerra" --apuntala un membro del público.
--La música es la música y la guerra es la guerra --apuntala el hermano materno de Víctor. No estoy de acuerdo, en absoluto ni en relativo, pero ¿qué valiente es capaz de poner un pero en voz tan tronante, musicalmente guerrera?
No sé que más se dice de los protocólos de Sión. La sordera coloniza mi atención, y menos mal, porque después de dos días desconectado, pude volver de nuevo a este pelotón de blogs colocando el portátil en el mueble del teléfono junto a la cocina. Escribir aquí es un sacrificio, un martirio...
En fin, a la vuelta al pueblo --conformado en no beber con los amigos Ramón, Lizundia, Víctor, Glady, etc--, después de ver que todo está en orden, bajo a la penúltima al Castillo.
--Estamos en una isla y...
--Estamos en un bar de borrachos.
--No, borrachos hay en todo el mundo. Nosotros estamos en una isla y tenemos que aprender a respetarnos.
Es cierto. Lo confirmo. Eso es como conquistar los altos del Golam, la entreceja del Gólem, donde está escrita la magia de la figura humana de piedra que le da el maléfico soplo de la vida al judío que no conoce la Cábala, judíos con paradigmas de ausencia, cruzando este desierto de la antesala del final de un mundo conocido. Nos aguarda lo desconocido. Esta es nuestra guerra.

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