domingo, 19 de junio de 2011

punto verde

Mientras el nahualt Lizundia indaga en sus raíces buscando su destino, y el cuervo Ramón picotea libros de economía y fondos financieros preparándose para el combate del próximo martes en la radio, y el Niño hace mutis dejándonos sin saber cómo fue la grabación del día de la leche y la miel, y Rubalcaba propone un Mir para maestros y profesores, un servidor se da una vuelta por San Andrés, a firmar el día de trabajo con don Manuel el Primo y visitar el nunca del todo conocido bar Castillo. El barman Pepe habla de la coyuntura existencial, de las ecuaciones políticas y de que ahora no meten a la gente esquizofrénica y loca en un manicomio para ederazarles la mente y socializarlos, sino que no los curan y así estamos. En fin, Carmelo, de mi quinta, habitante de la plazoleta, ocasional cliente, sugiere que en el bar se fuman cosas prohibidas.
--¿Cómo dice usted? Lo que la gente haga en la calle, en la muralla... pero aquí no se fuma cosa prohibida.
En esto, Pepe el Turco, el abuelo de Gara, otro de la plazoleta, me ve y se acerca. La última noticia que tenía de Pepe el Turco es que estuvo golpeando la otra noche la puerta de Ana, la del kiosco, y la mujer se vio obligada a llamar a la policía.
--Tu padre si está en San Juan de Dios, de ahí sale con los pies por delante.
--¿Tú qué eres? ¿profeta? Mamón de los cojones. Mándate a mudar.
Normalmente no le hablo así a una persona mayor que yo. La edad es un grado, pero no siempre.
C., uno de los pibes, sentado con su novia bajo el Laurel frente al Castillo, me invita a cosa prohibida. La chica se interesa por el arte de la novela. No sé muy bien qué decirle.
Aparece Ravelo, chiquito y bravo.
--A Jesús lo echó la hermana de la casa y...
Todo verdad. Nada que objetar.
Pienso, a raíz del comentario de nuestro amado líder, en la entrada anterior, en el destino de la palabra "video", fruto de una curiosidad en el nombre de la capital de Uruguay. "Videar", decían en La Naranja mecánica...
--Tenemos que organizarnos, y quedar de acuerdo para hacer turnos --me comenta mi hermana por la tarde en San Juan de Dios. Intento recordar dónde vi ayer un cuadro de un caballo, espléndido cuadro, sin autor conocido, supongo.
Dicen que cuando el sol se pone en Bajamar, sobre la mar queda unos minutos un punto verde brillante. Eso dicen.

1 comentario:

campanilla dijo...

A Jesús lo echó la hermana de la casa y... --dice Ravelo--
Y encima quiere llegar a un acuerdo para turnarse con el enfermo.
Cuando lo echaron de la casa no echaron bien las cuentas ni pensaron que el verano y las vacaciones estaban a la vuelta de la esquina, o no pensaban que el padre iba a durar tanto, pero era lo que querían y ahí lo tienen.
Sea como fuere, creo que bien se merece unas vacaciones el que ha hecho un turno de 7 meses durante 24 horas al día, exceptuando alguna pequeña salida "con horario", por supuesto, en fin, que para ser justos, cuando pasen los 7 meses de su turno, se lo pueden volver a plantear.