sábado, 24 de diciembre de 2011

variaciones antes de la noche buena

Los pensamientos luminosos me vienen momentos antes de despertar. Cuando ya el sueño ha cumplido su misión reparadora. Esta mañana supe que los celos son herrumbrosos, peligrosos. Si no te matan, te infectan con cosas peores que la genorrea o las ladillas. Sufrir enfermedades te humaniza el alma. Pero mejor es que se curen. Y que la muerte te coja con buena salud. Pero bueno es saber que eres vulnerable y no tirarte pedos mayores que el culo. En mis tiempos de alegre progresía sonaba una canción de... (de un francés cantautor de culto que no sé ahora cómo se escribe su nombre) en que el yo cantante exponía una a una todas las gracias de las mujeres de sus amigos. Y la mejor de todas: que tu amigo no se entere. Lástima que la progresía de entonces amase canciones que no practicaba sino a escondidas. Es malo predicar lo que no practicas. Los tiempos han pasado y ahora da igual que el amigo se entere o no. In illo tempore la mujer de un amigo me abordó en un callejón solitario. El marido miraba por el ojo de una cerradura, salió a nuestro encuentro, se llevó con él a su mujer y a mí me retiró la palabra. Otro hubiese sido el curso de la historia si hubiésemos hecho un trío. El trío va a imponerse en el futuro. Se acaba el tiempo de la predominancia honorable del dos y se impone el tres. Luego vendrá el cuarteto. Viento, percusión, cuerda y voz.
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Mi amigo cuando yo era asturiano García Martín informa en su blog que Cascos quiere cargarse el edificio de Niemeyer en Avilés. Tan mal me cae Calatrava como bien Niemeyer. No me pregunten las razones. No las hay. El molde de Calatrava en Santa Cruz sería bello si le pusiesen tres barrenos. El de Niemeyer no lo conozco. Temo que no lo conoceré.
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Interesante columna la de hoy de González Jerez en Diario de Aviso. Una nota de realismo político. De aviso a navegantes.
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A falta de amarillo veneciano, compré amarillo nápoles.
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Un amigo me cuenta que sabe que le queda poco tiempo en este mundo. Estoy seguro que escribirá el libro de su vida. Es el único escritor al que yo no me atrevería a quitarle ni una coma. Me pasa con él como con Alonso Quesada. En mi modo de vivir, Alonso Quesada está por encima incluso de Li-Po, Catulo y Bukowski. De Bukowski leo ahora el del capitan abandonó el barco... Me aguarda, como tentanción para la noche de navidad, La senda del perdedor. Y conejo. Con ron. Como los canariones.
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Pal lunes quedé con mi prima Vera y anoche soñé con Roxana. La llamé. Dijo que si podía venía desde Madrid a la isla en primavera. Seguramente, como buena serpiente de madera, vendrá si viene buscando nuevos editores en esta colonia de España, país admirado y que Dios guarde hasta el final de los tiempos. En este otro país, el país de los canallos, aunque Dr R diga que no, la Virgen de Candelaria es nuestra madre putativa y el Teide nuestro padre pedigüeño. Si no, hermanos, estamos perdidos. Feliz noche de Navidad.

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