domingo, 15 de enero de 2012

fiebre subiendo

Grata estancia ayer en la casa amiga de la calle Irene. Con discurso de Víctor digno de antología. Y ron que trajo el testigo Cuervo que no hace daño como ese impostor venezolano del otro día, envejecido con artificios.  Mesa repleta de viandas a cual más sabrosa y buen vino...
Ya está constituída la asociación de amigos de Israel. Lo peor: diez euros al mes. Acepté sin protestar porque ahora me he convertido en un buen hombre (incluso aguanto con paciencia la historia de su ombligo, el otro día a la salida de la Mac, del resentido L d L). Y no sigo contando porque la gripe me está echando pabajo. Creo que iré parriba y me meteré en la cama.
El pajarraco M prometió un par de folio sobre Libro del cuervo. Este libro ya ha sido más que publicitado por el editor y otros amigos, sobre todo Dr R y Hosman. A pesar de su calidad --los defectos acentúan el aroma-- tampoco es plan estar todos los días con él.
Leo las galeradas de un libro independentista. Buf. Dan ganas de no serlo. La pesadez de los curas tuvieron la culpa de que en otro tiempo me hiciese protestante...
Bueno, me está subiendo la fiebre, y la fiebre, como el Aldea, me produce incontinencia verbal. Pero callar a tiempo tambien lo llaman Chito. Así es.

No hay comentarios: