domingo, 29 de abril de 2012

Viaje a La Palma (1)

Llorad las damas
si Dios os vala,
Guillén Peraza
quedó en La Palma,
la flor marchita
de la su cara.
No eres palma,
eres ciprés
de triste rama,
eres desdicha,
desdicha mala.
Tus campos rompan
tristes volcanes,
no vean placeres
sino pesares,
cubran tus flores
los arenales.
Guillén Peraza,
Guillén Peraza,
¿dó está tu escudo?
¿dó está tu lanza?
Todo lo acaba
la malandanza.

Estos versos, primeros en español de la historia canaria --dicen--, comienza este relato hacia una isla llena de nísperos (por la zona donde estuvimos la palmera y un servidor). Tristes volcanes del pensamiento quedaron en Tenerife...

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