sábado, 1 de septiembre de 2012

reflexiones en mitad del día

Pienso que los filósofos (aunque la filosofía esté en crisis desde los tiempos de Duns Scoto, según Malcolm Lowry en la famosa carta a su editor, y por tanto necesariamente superada por la novela) antes de meterse a filosofar deberían aprender y ejecer durante un tiempo varios oficios. Por ejemplo, fontanero, albañil y recogedor nocturno de la basura urbana. Filosofar sin saber cambiar un grifo, levantar una pared o recoger lo que desechan los vecinos, es como querer tener plantas sin tierra, que las hay, pero son las menos. En todo caso, plantas artificiales, que no necesitan tierra, ni abono ni agua ni nada. Así son la mayoría de los filósofos. Coleccionistas de flores de plástico. Algún día, cuando tenga tiempo, estudiaré la validez de esta hipótesis. Mientras tanto, pienso. Si el pensamiento descubre la pólvora o el teorema de Pitágoras es otro cantar. Quien está en una isla desierta no se para a estudiar libros, primero porque no los tiene, sino directamente lee la naturaleza, y poco importa en esas circunstancias que descubra lo que ya otros lumbreras han descubierto. Por ejemplo, distinguir lo que nutre de lo que envenena, lo que es fiero de lo que no o buscar guarida donde no azote el viento ni sea amenazado por un temporal marino. Sí, Robinson, ¿y qué?...
Pienso en las relaciones humanas. la ideal, la relación de intercambio recíproco de sentimientos y favores, sin que medie un trato de precio por cada gesto. Esta clase de amistad es rara de encontrar. Por eso es tan valiosa cuando existe. Lo corriente es que A crea que B lo necesita, o que B crea necesita a A. A dispone de B cuando quiere, y B, dependiente patológico, acepta las "órdenes" de A sin ponerlas en tela de juicio, a menos que empiece a considerar que A no es tan valioso como se pinta. En entonces cuando B descubre que la opiniones de A sobre el resto de la gente son un velo con que esconde de sí mismo. En fin, me paro aquí porque la viejita me avisa que están llamando a la puerta. ¿quién será?

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