lunes, 10 de diciembre de 2012

Viva Antonio Cubillo

Lo acabo de leer en el blog El Escobillón. Cubillo murió hoy lunes. Y lloré. De política sé tan poco, que no sé ni para que sirve la política. Cuando niño en la escuela de García Ezcámez fui franquista no sé si porque el maestro me dio el papel del Cid Campeador en una obra de teatro. De los recuerdos de la escuela, los más acádemicos son este y que aprendí a contar con los dedos. ¿4 x 5? Yo contaba con los dedos, cuatro dedos cinco veces. No sé cómo me las arreglaba. No sabía la tabla pero sabía el mecanismo de la operación. Si no hubiese sido por un posterior profesor del instituto que me convirtió las matemáticas en latín, hoy estaría en ciencias exactas y me hubiese dejado de políticas. En el instituto milité con un grupo que dependía de las Juventudes Comunistas (de Carrillo). Cuando apareció la voz de Canarias Libre, nunca Santa Cruz estuvo más habitado y la gente más animada, en pleno movimiento y discusiones. La voz de Antonio Cubillo nos hizo creer en nosotros. En nuestra historia, en nuestra geografía, en nuestros alimentos. Me hice independentista. Lo sigo siendo, independentista fracasado. No compartí el pensamiento de Antonio Cubillo hasta donde pude alcanzar. Como no comparto ahora que se quiera edulcorar la historia y vender guanches de pasarela Cibeles. Joder. Cubillo nos convenció (a unos cuantos, yo entre ellos) de que dejáramos de ser vasallos y recuperásemos el señorío. Esto en lo político, si me permiten decir algo de un conocimiento que no poseo. Sólo me siento, en cualquier caso, capacitado para la política narrativa, hacerse eco de lo que se dice en la calle y ponerlo como verosimilitud dramática. Es decir, Antonio Cubillo me convenció en lo emocional. En lo intelectual, ya procuro convencerme yo mismo, o ver si me convencen, con acertadas palabras y afectuosas maneras. Bueno, todo esto para dejar de llorar. AntonioCubillo, una herencia me dejas. Una voz en mi memoria y haber estrechado tu mano, que cuando llegaste a Santa Cruz recogió de otras un ramo de flores. Ya sabemos por qué llovió tanto estos días atrás. Ciudadano, compadre, Amigo Antonio...

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