sábado, 19 de enero de 2013

Cuando tenga 65 años creo que seré una mujer solitaria, y tendré una caravana. Viajaré por el desierto, recorreré el mundo y colocaré pegatinas de todos los países y subiré el volumen de la radio.

Así comienza un relato de Sita. Una escritora escondida. El Escritor Escondido estará, dm, el martes en el programa La Puerta (Radio Unión Tenerife). Ay, si también asomara mi amiga del Sur, una escritora aún más escondida que José Antonio Manzano, Nuestro Amado Líder en denominación del novelista José María Lizundia Zamalloa. De este autor, vi hace varios domingos en el rastro de S/C un ejemplar de Ojos de miel, primera novela del autor, obra conmovedora y sincera. 50 céntimos valía el ejemplar. Me lo pensé. No lo compré. Tengo ya uno en mi casa. Lo leí cuando vivía en la casa de mi padre en San Andrés, en tiempos en que una mujer del pueblo se adentró en la mar, hacia el horizonte, de noche; la mantuvo a flote un resplandor rojo bajo su cuerpo, bailando sobre las aguas. En cualquier caso, mejor novela que una publicada por una editorial de peso que hojeamos anoche en la Mala Vida (Christian, Morgantani, Dr R, Marcelino y Esther). Esto me recuerda lo que voy a pedirle a Christian. Mejorar la novela El negro, podarle lo que estorba y añadir lo que le falta. Por mi parte, había decidido --si hay nueva edición-- separarla en dos obras independientes. Una lo que narra Elías de su propia vida y otra lo que escribe en su función de negro retinto. Lo comenté con Christian, y me dijo que no. Este NO tenía el sonido de la verdad ("la verdad tiene un sonido propio": Antonio Bermejo). Pues esto lo pondré en mi testamento: que Christian se encargue de El negro. JRamallo de los poemas inéditos, y Zoo.0 de Horizontal jazz (incluida Vertical blues si Baile del Sol rechaza su publicación). Esto por lo pronto, si los herederos aceptan la herencia, como es natural. La novela inédita El gigoló (que pensaba dársela a Anghel a ver si lo convencía de que la editara junto con la obra de Marcelino Marichal Marlou Diésel) necesita imágenes. Tal vez convenza a Sita, a quien aún debo terminarle el cuadro llamado La maga desnuda, al que aún le falta un día con La Luna en conjunción con Venus.
Sí, hermanos, ha llegado la hora de testar. Aludir a gente que el afecto que me tienen lo viertan sobre mis hijas. Ya perdí el humor.

Se acabó la fiesta
donde me abandonas,
se acabaron las bromas
de creer creencias,
ilusiones bobas.

Otro desilusionado es Ricardo. Lo vi en La Rambla ayer por la mañana. Cerca de La Espiral. Dos que se cruzan. Curiosamente, la cabeza me estaba dando vueltas en torno al nombre Ricardo. Los Ricardo que he conocido. Un pastor protestante que ejercía en la iglesia baptista evangélica por detrás del hotel Brujas, en los tiempos de instituto, con José Víctor García Luis y Aureliano Marrero. Otro Ricardo era un gallego que militaba en las Juventudes Comunistas y que tenía la teoría de que yo era recuperable. No lo fui. De las Juventudes me alejé --mediado de los setenta-- cuando no quisieron publicar un artículo que me pidieron y en el que la escritura me llevó a considerar el deterioro de la teoría marxista y el futuro derrumbamiento de la Unión Soviética. No me quisieron como profeta. Consideraron una locura --no es la primera vez que me toman por loco-- mi pensamiento político, que entonces me preocupaba mucho más que ahora.
Más tarde conocí a este Ricardo de ahora. En cierto modo, protagoniza la escena inicial de una de las transformaciones que he vivido. Un soplo de la boca de Ricardo provocó una fractura en la mi historia personal. Tiempo pasado de tormentas. Que se duerman en el pasado y si regresan que me cojan prevenido.
En fin, ahora Ricardo me cuenta conversaciones con Isaac de Vega, que tiene grabadas. Me habla de El cafetín. Segundo día que oigo hablar de esta novela de Isaac.
--La original la tengo yo. En la que está editada, alguien, no sé quién, le metió mano y se pasó con las correcciones, sin contar con Isaac. La que yo tengo la corregí yo, pero consultándolo todo con el viejo.
La conversación pasa a lo mal que está el mundo cultural, cosa que hoy todavía me importa menos que la filosofía marxista, la verdad.
--Si a mí me hubieran dado el dinero que le dieron a García Ramos para sacar la Biblioteca Básica...

etc, etc. Acabo de recibir un mensaje. "A las 9.30 ponen una película interesante en el Tea". Sí, ya leí la reseña. Me recuerda a Telarañas. Ese interesante fracaso de novela.
Si puedo, mañana o pasado le cuento al Cuervo cómo fue ayer la cosa en Mala Vida...

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