miércoles, 12 de junio de 2013

texto filipino y...

"Lino, mi nuevo amante --otro amante nuevo, seré idiota--, se acaba de marchar. Dormitaba a mi lado cuando de pronto me ha sobrecogido el remordimiento por el modo miserable en que voy gastando mi tiempo, con tanta intensidad que he tenido que despedirle. Pienso en lo poco que he hecho, prácticamente nada, y en cómo se van los días, los meses y el año sin que yo adelante un paso en todo aquello que pretendo hacer.
Desde septiembre, cuando terminé "Mirad la noche del adolescente...", he escrito un breve ensayo sobre las Odas de Claudel que no se ha publicado y que probablemente no se publicrá, he trabajado en un poema que lleva un mes interrumpido y al que me da miedo volver, he planeado un ensayo y lo he dejado para luego --¿para cuándo?--, he escrito un diario... Nada más. Tengo una visión de la cantidad de días, horas y minutos perdidos que se parece al océano. Cuánta atención distraída en pretextos y qué manera de malgastarme --si es que algo me queda por gastar. ¿Todavía soy capaz de interesarme y de desesperarme por algo que no sea el espectáculo de mi propia insoportable y crónica incapacidad? A estas horas de esta noche, lo dudo.
Durante años he aspirado a ser un gran poeta. ¿Por qué no? Inteligencia, experiencia, sensibilidad, don verbal, curiosidad y pasión por el oficio..., todo eso tengo y, sobre todo, el súbito don de contemplación de un ser o de una cosa, de penetración en un sentido que me sobrecoge igual que una emoción. Ahora sospecho que no pasaré de aficionado distinguido --si es que llego--, autor de unas pocas piezas incidentales por las que algún pequeño grupo de lectores se interesa amistosamente. Hay un resorte en mí que no funciona y siempre lo he sabido. No la voluntad, sino la fuerza de convicción que mueve a la voluntad.
Y, sin embargo, mi vida ha estado y está determinada desde los diecinueve años por la idea fija de que yo era, de que yo he de ser poeta. Incluso ahora, ¿a qué otro fin aspiro, en qué otra empresa pongo mi propia estimación? Y esto es así aunque sepa que igual vale escribir o no escribir, aunque esté convencido de que ante la vida y ante uno mismo, ser poeta es peor que una simpleza, es ser nadie. Pero estoy convencido de que el día en que yo deje de considerarme poeta, me será muy difícil considerar que existo."
...............................(Jaime Gil de Biedma, escrito en Filipinas en 1956)

*
--Chito, quiero tener otro cuadro tuyo --me escribe Pepa de Asturias.

--Oye, ¿quieres venir a mi casa a comer pizza mañana?  --me pregunta una niña de unos ocho años, a la salida del colegio de La Maldad, con sonrisa de futura alumna de la Academia Chistoski. Miro a la madre. Asiente.

Mi amigo Roger nos manda al Dr R y a mi un poema que leyó en San Sebastián hace pocas semanas.

Y anoche, descubrí nuevas vueltas de tuerca oculta en el género pornográfico.

Dios, cuánta alegría, y sin embargo una sombra triste sobre mi amiga ... . Cambiaría mi alegría porque se disipara esa sombra.


No hay comentarios: