domingo, 28 de julio de 2013

Sanará el enfermo. Sobre "Cucarachas con Chanel" (2)

Mezquino me vuelvo,
no me absuelve
hacer pacto con la muerte.
El corazón frío
de miedo, helada nieve.



Huyendo de la metafísica, me metí en quien a simple vista parece el personaje principal de Cucarachas con Chanel. En el caso de Bajo el Volcán (arbitrio de las comparaciones), la conciencia que hace girar la Rueda del Carro es el Cónsul. Su hermano Hugh es su imagen en un espejo. El espejo es un engañador (puede que una novela sea como llevar un espejo por un espacio durante un tiempo, lo que siginificaría, si los espejos son engañadores, que la novela es un engaño). El espejo engaña no porque refleje invertida la imagen física, veas en el lado izquierdo lo que fuera está en el derecho. Ahí no te está engañando. Sino aconsejando la mejor cura. Pues la enfermedad se cura con la enfermedad contraria. Exceso de razón se cura con intuición, y el exceso de intuición, con pastillas de razón.
Creo que estoy volviendo a las nubes cuánticas del pensamiento. 
Gabriel no es el personaje principal de Cucarachas con Chanel.
Gabriel no recorre Cucarachas de principio a fin. Otros caminos, públicos, ajenos a la privacidad de Gabriel y su ojo-cámara, horadan la masa o recorren distintas órbitas en la novela. 
El romance tortuoso (sin romance, como dice Marichal, no hay novela) que sufren en Bajo el Volcán el Cónsul e Ivonne, lo sufren en Cucarachas Gabriel y Santa Pus. ¿Quien es Santa Pus? En cierto modo, la suma de cada una de las mujeres que aparecen. Esto lo veremos más tarde. Gabriel, curioso, escarba hacia las profundidades, hacia la gran Mancha Negra que es Santa Pus.
Santa Pus si quieres, es el mundo, imagen del mundo, donde se mueven las hormigas humanas (o cucarachas), pero prefiero ver, soy miope, un territorio más cercano. Santa Pus es Santa Cruz de Tenerife, como Vetusta es Oviedo en La Regenta (otra novela en que el territorio, con su población de animales, vegetales, minerales... y escritura pública en cuanto a la novela de JRamallo, es un ser que actúa sobre aquello humano y no humano que forma su cuerpo, y ese ser, en este tipo de novelas, y hay más, es el corazón del laberinto, de la urdimbre y de la trama de la historia.
Otro aspecto a desarrollar, es que Cucarachas con Chanel no es aún no el espejo sino el espía de la realidad, como es Poeta hermafrodita (la más reciente obra del mismo autor). Poeta hermafrodita  es un espía que camina por los recovecos de la realidad. En Cucarachas con Chanel, sin embargo, el espejo ya comienza a ser espía, pero sigue siendo un libro de autor. Poeta hermafrodita es libro de lector. El autor desaparece y su papel pasa al lector. El libro es un espía que facilita al lector (en sentido amplio, no sólo lector de palabras) la escritura de la realidad. Pero estamos en Cucarachas con Chanel. Poeta hermafrodita tardará aún varias lunas en estar presente. Conviene ir por partes. Y que me aclare bien lo que quiero decir, o bajar el labio.

continuará

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