miércoles, 21 de agosto de 2013

Ya hablaré contigo, Jung

Tengo la libreta de La´ Palmas llena de notas. Cucarachas con Chanel no es sólo una constelación, es un universo. Una máquina de relojería. Tiempo y espacio a ritmo de Cómic. Colorín en blanco y negro. Faro que alumbra la vida sino también la literatura.
Me voy de viaje. En el equipaje la novela de JRamallo, y aquí dejo las otras que giran alrededor. 
En la libreta, notas sobre como la figura del capitán Orvaneja conecta primero superficial y después de lleno en el mundo de Cucarachas con Chanel. Y también la novela Corazón, de Edmundo de Amicis. Un descubrimiento que tenía en sospecha y que hoy se confirma. Raudal de almíbar padioso en Corazón. Compasión distante en ese animal solitario que es Cucarachas
Una novela como esta es la vida y refleja la vida. En esto estoy más con Henry James. La mía incluso.
El viaje a La´ Palmas me permitió ver el mecanismo de la novela. Y ahora inicio el viaje a Cadiz viendo la carne, la sangre, la amósfera a la que da movimiento la máquina, el corazón de la novela.

Del viaje en barco los augurios (el barco se hunde, el coche se estampa...) me vaticinan que mejor les compro mañana un puro a quien yo sé. Una buena novela no es sólo geometría y aritmética, sino también medicina y filosofía. De Cucarachas aprendo que ahora que necesito a todo el mundo, es el momento de no pedir ayuda. Lo que no te mata te hace más fuerte.
Como los vaticinios del viaje no son muy católicos, que me perdone Clara que no me despida. Es como si eso asegurara que voy a volver. Aquí tengo mi obra, ahora al cuidado de Rata. Con el deseo de que Anghel lo acoja. El librito es todavía imberbe. Es su primera obra a publicar. Pero es un imberbe que promete. Un día, mi amigo será el mejor continuador de la poesía que aún nos queda.
Salud enemigos, felicidad amigos y que llueva pa todo el mundo.

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