espacio de artes menores
Doña señora bienpuesta
viró los ojos pabajo
pa no mirarme la cara
y mandarme pal carajo.
Si no me saluda la dama
yo no se lo tengo a mal,
es porque la mandé a croar
cuando le vi cara de rana.
En su descargo diré
que es buena cocinera,
por esa parte doy fe
sentí no darle carrera.
Que goce buena salud
y tenga fragante el nardo,
que valga quinientos euros
y se los pague un petardo.
Ser pobre no es desatino
aunque ingrata condición.
No es menester ser rico
pa ser un puto cabrón.
***
¿llamo? ¿no llamo?
La bodega está vacía
y el patio sin barrer,
a mí casa no la llevo,
allí no la quiero ver
que me pega con la escoba
y se me pone a gritar
"¡mira que eres jediondo!
¿cuándo te vas a bañar?"
Como no puedo llamarla
me jodo y me quedo solo
hablando de cucarachas
con hormigas y gorgogos.
¿No sé qué hago yo aquí
--como decía el Orlando--
moliendo esta batata,
amasando este machango.
Tenga la dama un olivo
y el poeta zarzamora,
la mar mueva las olas
y el gorrión cante su trino.
***
Queda un verso dormido
que por temor callo
no sea que si lo digo
despierte y me parte un rayo.
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