domingo, 8 de diciembre de 2013

perro tonto y obra impecable

A perro tonto, todo son  tomaduras de pelo. Que se fastidie.
A veces no sé a quién quieren engañar, si a los otros, jugando con las posibilidades del infortunio, o a SÍ MISMO. Qué necesidad de ocultamiento, señor. 
Lo triste no es el vacilon, sino que tal provenga no de enemigos o adversos sino de considerados amigos o aliados.
Uno que es más tonto todavía, no es capaz de cortar a tiempo, más por cobardía que por ignorancia. Al carajo. No hay otra.
***
El CAFETÍN

Impecable novela de Isaac de Vega, quizá su despedida, una gloriosa y más que noble despedida. Isaac pertenece a ese círculo nuestro (no sé si platónico) de narradores (Agustín Espinosa, Pancho Guerra, JRamallo y poco más), con obras en las que nada sobra ni nada falta. El estilo de El Cafetín, y otras, destaca por su total ausencia de ruidos, de efusivos lirismos. Él siempre defendió lo que llamaba un "español standar", donde el único "desliz" es su peculiar uso de los adjetivos.
EL cafetín, que me la prestó Christian y que ahora releo antes de pasársela a Jose, la podemos medir con el relato La posesión, opuestas entre sí las dos narraciones. En La posesión, casi género del oeste, un héroe, un hombre entero y que no admite la mínima tomadura de pelo. "El único hombre en esta tierra de cobardes." En El cafetín, en cambio, ni siquiera un antihéroe; un animalucho rastrero, cuyo único rasgo favorable es la toma de conciencia, la catarsis, de su propia poquedad, cobardía, hipocresía banal, etc. Sin embargo, un rasgo común entre las dos obras: un mundillo de literatos deplorables.
En cuanto a onirismo, misticismo positivista o cualquier otra peculiaridad que nos aleja de un tipo de crítica que quería, por ejemplo, Jaime Gil de Biedma, se me ocurre una fantasía: relato de un hombre que muere y revive lo que ha sido su vida, o de un feto que depura en el vientre de una hembra anónima lo que fue su anterior vida. Fantasía curiosa pero inoperante. Otro camino crítico se hace necesario.
Lo emprenderé --es la intención-- en otra entrada. El Kalypso (donde escribo esta) se ha llenado de una música pachanga que no soporto. 
El resto es un universo que hace reír. Universo de rotaciones relacionadas unas con otras. Un libro que no devuelven, filtraciones de agua, días de oscuridad eléctrica, impedímento motor, un móvil apagado... Paciencia. No pasar de la tontería a la rabia. De lo malo a lo peor. Paciencia, tranquilidad, etc.
*
Márcel, ya tengo el relato. Te contaré.

No hay comentarios: