domingo, 22 de diciembre de 2013

Una semana de baja. El empresario de este blog me va a despedir y contratar a otro. Espero que no se lo diga a Ramón Herar. Siempre vestido de limpio. Con la conciencia LIMPIA. "a rAMÓN NUNCA LE VAN A SALIR CANAS", decía Berto. 
--Eso habrá que verlo --me decía otro amigo el otro día.
Día de recital en la MAC. Los recitales navideños que organiza Anghel. Me gusta recitar. Como no fui mero espectador --me senté al lado de Cecilia, que no recitó--, sino que también subí a dar la tabarra con "mis" versos, no voy a ponerme a criticar a los otros aspirantes a poeta. Eso está feo. Es como si te invitaran a una fiesta, y te pusieras a sacar trapos sucios de anfitriones e invitados. Eso hizo Truman Capote y así le fue. No voy a hacerlo. Todo muy guapo. Voz de barítono de Pepe Marrero. Estremecimientos amorosos de... ¿cómo se llama la poeta argentina, la que siempre me dice que siente chipas por dentro cuando oyes mis pooemas y yo le digo que cuando quiera intentaré que sienta otra clase de chispas, que las sintamos juntos, porque se nos va la pascua, rubia, y cuando se elige el camino del samurái, mejor no andar con pijadas. 
Pijadas no hubo en Covadonga García (los animales me permitan invitarla a dos encuentros en la AcaDEMIA cHITOSKI, a que aprenda lo que hacemos con sus poemas, lo que hacemos los animales con los poemas ajenos, ya sea Covadonga o Petrarca. Este Petrarca, con el afán culturalista del Renacimiento, necesitaba también una revisión. Los poemas de Petrarca, en nuestras manos, han cogido una música y una intensidad que soy capaz de apostar que ni el original italiano (manejamos una traducción en español).  
Alejandro también estuvo. No es gran recitador. Como rapsoda no tiene mucho mérito. Pero sus poemas van cogiendo forma poco a poco. Le queda camino pero nuestro amigo sabe andarlo, al margen de falsos e improcedentes elogios de zorro al cuervo, qué bien cantas.
Su elogiador oficial está ahora más atinado en crítica literaria, y también política. El hombre está aprendiendo a pensar, y a escribir con más claridad (no sólo de humor se alimenta el lector). Me acordé de él ayer, leyendo el Diario de un escritor de Dostoievski. Dosto se mete con un colega repipi que defiende el glamour del teatro francés (de la época, claro) y abomina del realismo sucio del teatro ruso. 
El hombre que estuvo a punto de morir fusilado en Siberia, para defender al pueblo, frentre a las opiniones del otro, cuenta una anécdota que poco menos es de novela lacrimomosa. Vamos a ver si va a tener razón Nabokov cuando dice que Dostoievski es un novelista rosa, como Corín Tellado. 
El pobre Nabokov, su muerte nos hace reír. Fue a encontrarse con Freud y Dostoievski en el otro mundo, ese fue el castigo que le impuso San Pedro, ponerlos en la misma celda del Purgatorio. Pero esto es otra historia. 
La que estaba contando era la de la MAC el otro día. Me alegro que Covadonga acogiera con simpatía la violación a sus poemas. Demuestra que se está haciendo mujer.
Al final las dejé a todas y me fui con Nyoung (ya corrigiré el nombre), nuestra pintora vietnamita. Preciosa. Encantadora. Y esto también es otra historia.

Total, que había bajado aquí, al Kalypso, a copiar un papel que tengo en el bolsillo, sobre el uso de las personas del verbo en la narrativa canaria. Mejor otro día, si Dios quiere.

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