martes, 29 de enero de 2013

radio y día estupendo

Hoy otra vez radio La Puerta en radio unión tenerife, con alejandro en la sala máquina, ramón en la silla del pimiento, juan en la que dejó libre su amigo josemaría, y yo en alguna que quede libre. Algún día haré memoria de los martes de radio Puerta. Conocí a tres directores del programa. Cándido Hernández, Víctor Roncero y, ahora, Ramón Herar. Los tres han tenido una fatalidad que los desmerece. Cándido quería un lugarteniente obediente. No fue así. El otro eligió decir lo que pensaba. No dar por bueno lo que no le parecía bueno. Si hay una mosca en la sopa, hay una mosca y punto. Jesucristo ya dio las claves del arte de escribir: la verdad te hace libre, y deja que el niño que eres se acerque a ti. Ya el otro estaba viejo para disimulos que no son placenteros.
De Roncero, poco que decir. El hermano incitó al otro a golpe de Estado. Fue el único golpe real de Estado que hubo en esa radio que entonces llamamos Tijuana, bautizada así por josemaría. El otro esta vez se dejó llevar, creyendo ver un nahualt donde había una penca. Lección: vigilar los propios instintos e intuiciones. En fin, Roncero como director resultó un plomo, tanto como fue pluma hasta que llegó al cargo.
Ahora ramón ocupa la batuta. Hoy como siempre he abierto su blog. el bosque quemado. Nada sobre La Puerta. Estupendo. Vamos bien.
Por lo demás, no sé si la puerta existe. 

*
Hay días mágicos donde todo lo que aparece a los sentidos (lo que oímos, vemos, comemos, olemos y tocamos) remueve las claves de la vida y el ser. Chejov lo podría explicar mejor. Chejov es el autor que necesita El gigoló, novela inédita, cuando Chitoski haya terminado su trabajo con esa obra. Con esta sensación me levanté esta mañana. Chejov o JRamallo. Dr R se está preocupando ahora con Vertical blues y Horizontal jazz (ésta a espera de que también Christian la visite).
(A los enemigos hay que abusarlos lo que puedas, pero siempre sabiendo que un impacto puede alcanzarte, y sucederte como a Sombrita con Arcari en Italia, después del triunfo del canario contra Lopópolo en una entonces no zombi y no apenada plaza de toros de S/C. Con lo amigos al contrario. No hay que abusar dellos. Ir con tiento. Y con las amigas, con mucho tiento).
Así que recurri a Chejov. El gran ruso me ofreció anoche, en un sueño, la escena clave de esa novela con eufemismo de "puto" en el título. El vestido de una vieja señora en el hall de un edificio, una toalla que tendió en el suelo, y un accidente del héroe-narrador que resume todo su mundo y su drama.
--Es obligado que el héroe se esté quedando ciego --dijo Chejov.

No sé si poner continuará. La hora ya está cumplida. Hay que levantarse ya de aquí, dejar Tristeza sobre un caballo blanco (de Alfonso García-Ramos) en su sitio y salir de aquí. Afuera hace un día espléndido. Y más con Desangre libelular anónimo (de Roberto Cabrera), editorial El Vigía,  en un bolsillo.

domingo, 27 de enero de 2013

--¿Y tu chica? ¿No viniste con tu chica?
--No, vine con la chica de otro, pero se sentó con el otro. Están allá arriba.
Se abre el telón y comienza la obra. Una ejecutiva investiga los motivos de sucesivos suicidios en una empresa. La sospecha es que la culpa la tiene el jefe. El jefe siempre tiene la culpa. Es un abusador. Pero sin tal personaje la empresa se iría a pique. Al final lo que se ve es que ni presión laboral ni pimientos en conserva. La gente se mata porque vivimos en un mundo de desgraciados. Vividores, como el ex marido de la ejecutiva, que no sufre presión laboral porque es un liberado del sindicato en la empresa. Además es el principal motivo de uno de los suicidios. El guaperas se tira a la mujer de uno de los que se mató, también trabajadora y a quien la muerte del marido le importa bien poco. O sí le importa. Se alegra. Ahora no tiene que soportar la celopatía del cornudo. El pobre hombre lo mejor que hacía en su vida de trabajador era servir de hazmerreir a la hora del café en el bar. Eso antes. Antes de que el jefe apretara las tuercas y aquí el que no cumple a la calle.
Me gustó la obra, me gustó la actuación de casi todos los actores. A mí me tocó en primera fila de butacas. A la chica y al amigo les tocó en anfiteatro. Al final, el amigo estuvo a punto de caerse al patio de butacas. Una lástima. Que no se cayera. Hubiera puesto un buen colofón a la obra. Al final hay un suicidio que rompe todas las esperanzas del jefe, un ogro por fuera, un pobre diablo por dentro. La caída de mi amigo hubiese resultado apropiada. Y además, después yo iría con la chica a cenar y a comentar lo bueno que era, qué bueno era.

jueves, 24 de enero de 2013

entradas y rimas

--¿Qué voy a hacer contigo?
--¿Aparte de volverme loco?
--Éso imposible, ya lo estás.

Puede, pero hay grados. Como Juan y Ramón ayer.
--No digas eso en la radio --uno.
--Ni lo pongas en el blog --el otro.

Vaya, y con qué me doy yo pisto y quedo yo como el escritor madrastro, que se mira al espejo y no quieras oírlo más porque se repite como la morcilla asturiana.


Mire usted, don señorito.
Prefiero mis fuertes burros
a sus confusos jamelgos,
y calentarme los ritos
con olorosos carburos;
sus esquizoides bombillos,
motivos de sus revuelos,
con gusto se los devuelvo.
No sirven. Están fundidos.


En esto estaba, copiando al dictado de la mosca en el bar de Nally (que ya no cree en hombres ni en mujeres porque todo es falsedad), cuando me abordó una desconocida.
--Si me permite, vengo a ofrecerle una entrada para el Circo del Sol.
--¿Y eso?
--Queremos que hable del espectáculo.
--En la radio somos cuatro: Ramón, Juan, Alejandro y yo.
--No, en la radio no. En su blog.
Qué cosas. No sabía que gente desconocida leyese este blog.
--Tiene la entrada en taquilla a su nombre.
Le dije que no. No sólo porque odio las taquillas y los cajeros. Sino porque ir solo al espectáculo no me despertaría elogios. Que es lo que quieren. Elogia, elogia, maldito. Si me hubiese ofrecido dos entradas, todavía. Hubiera invitado a quien yo sé. El otro día la vi en S/C y había perdido kilos. Estaba más esbelta. Hubiera sido fácil oírla a la salida y traspasar sus elogios del Circo a esta página. Pero no.
La que no me ofrece nada, sino que copie, maldito, es la mosca. Otra vez dando la lata con sus rimas.


El cornudo puso los cuernos
a su esposa La Martirio.
Con otra gozó el delirio
de engañar a engañadora.

Lo supo dicha señora
y montó en cólera negra.
Se alió con la madre, suegra
de aquel ingrato marido.

Dos mujeres han cocido
pócima. No deja huellas.

Hoy don Arturo, el Perlas,
descansa en el cementerio.
Hoy su cuerpo es solo huesos
y ya de nada de acuerda.


--Y vete a bañarte  --dice--. Esta noche en la Mala Vida recita Antonio Cifo poemas de Felix Francisco Casanova.
Ella manda y yo obedezco.

martes, 22 de enero de 2013

corrección

--Me peleé con un maricón. ¿Tengo marcas en la cara? --Papa en la escalinata del bar de Ibrahim.
Sí, tenía marcas.
--Quién ganó la pelea?
--Ganaron ellos, eran varios... Oye, ayer estuve tocando en tu casa, fui a buscarte al bar de Nally... ¿a qué juegan los viejos allí dentro?
--Ni idea.
Se va el Papa y se me acerca la mosca de ayer. Está enfadada como una avispa.
--Ayer te comiste cuatro versos.
--Las prisas.
--No te justifiques. Apunta:

Es corrupto el político
y se corrompe el poeta.
si la palabra se muere,
buen amigo, ¿que nos queda?

Nos queda tomar por saco
después de los linchamientos

etc.

--¿Qué estás queriendo decir?
--A ti nada. Esto es para lectores excelsos.
--Ah.
Hasta hace poco me gustaba saber de qué iban las comedias donde estoy implicado y qué papel me tocaba representar. Pero ya he renunciado a saber nada. La mosca ordena y yo obedezco. Es lo único que tengo que saber.
(Mientras espero turno en la ocupación de un ordenador, leo párrafos de Tristeza sobre un caballo blanco, de Alfonso García-Ramos.)

Y esta tarde, ¿programa La Puerta en Radio Unión Tenerife? Supongo que sí.

lunes, 21 de enero de 2013

aviso urgente

de EEE

No podrá acudir el martes al programa. 

Quedan avisados Ramón y Juan para lo que consideren oportuno.

*
Hoy decidí sacar fuerzas de flaqueza y viajar a Icod, no de visita turística, por supuesto. Odio los viajes turísticos y los que tienen como destino la Administración local. Tuve que postergar el viaje media hora, para poner el aviso, que es lo que tardaba en abrir el estanco donde ahora escribo, en el único ordenador disponible, y con una estanquera con quien, gracias a que está leyendo el tercero de 50 sombras, mantengo intercambios de preceptiva literaria.
La media hora la gasté en un bar que está más arriba. Mientras un paisano hablaba de lo guapo y rico que es Ronaldo, "¿qué quieres que te diga", una mosca se posó en el plato del café y me cantó estos de arte menor:

La mujer, ¿honrada?
El hombre, ¿honesto?
Cuéntame otro cuento.
Ya no sabe a nada
ponerse bien puesto.

¿Que no me quieres, Matilde?
Eso es lo que más comprendo.
No tengo balas pal rifle
ni ganas de otro armamento.
Ay qué dolor, qué dolor yo siento.

Es corrupto el político
y se corrompe el poeta.
Juan quiere matar a Pedro
y Pedro matar a Rato.

Capados están los gatos
que quiere gata canaria.
De una tríbada falsaria
no salen sino machangos.

sábado, 19 de enero de 2013

Cuando tenga 65 años creo que seré una mujer solitaria, y tendré una caravana. Viajaré por el desierto, recorreré el mundo y colocaré pegatinas de todos los países y subiré el volumen de la radio.

Así comienza un relato de Sita. Una escritora escondida. El Escritor Escondido estará, dm, el martes en el programa La Puerta (Radio Unión Tenerife). Ay, si también asomara mi amiga del Sur, una escritora aún más escondida que José Antonio Manzano, Nuestro Amado Líder en denominación del novelista José María Lizundia Zamalloa. De este autor, vi hace varios domingos en el rastro de S/C un ejemplar de Ojos de miel, primera novela del autor, obra conmovedora y sincera. 50 céntimos valía el ejemplar. Me lo pensé. No lo compré. Tengo ya uno en mi casa. Lo leí cuando vivía en la casa de mi padre en San Andrés, en tiempos en que una mujer del pueblo se adentró en la mar, hacia el horizonte, de noche; la mantuvo a flote un resplandor rojo bajo su cuerpo, bailando sobre las aguas. En cualquier caso, mejor novela que una publicada por una editorial de peso que hojeamos anoche en la Mala Vida (Christian, Morgantani, Dr R, Marcelino y Esther). Esto me recuerda lo que voy a pedirle a Christian. Mejorar la novela El negro, podarle lo que estorba y añadir lo que le falta. Por mi parte, había decidido --si hay nueva edición-- separarla en dos obras independientes. Una lo que narra Elías de su propia vida y otra lo que escribe en su función de negro retinto. Lo comenté con Christian, y me dijo que no. Este NO tenía el sonido de la verdad ("la verdad tiene un sonido propio": Antonio Bermejo). Pues esto lo pondré en mi testamento: que Christian se encargue de El negro. JRamallo de los poemas inéditos, y Zoo.0 de Horizontal jazz (incluida Vertical blues si Baile del Sol rechaza su publicación). Esto por lo pronto, si los herederos aceptan la herencia, como es natural. La novela inédita El gigoló (que pensaba dársela a Anghel a ver si lo convencía de que la editara junto con la obra de Marcelino Marichal Marlou Diésel) necesita imágenes. Tal vez convenza a Sita, a quien aún debo terminarle el cuadro llamado La maga desnuda, al que aún le falta un día con La Luna en conjunción con Venus.
Sí, hermanos, ha llegado la hora de testar. Aludir a gente que el afecto que me tienen lo viertan sobre mis hijas. Ya perdí el humor.

Se acabó la fiesta
donde me abandonas,
se acabaron las bromas
de creer creencias,
ilusiones bobas.

Otro desilusionado es Ricardo. Lo vi en La Rambla ayer por la mañana. Cerca de La Espiral. Dos que se cruzan. Curiosamente, la cabeza me estaba dando vueltas en torno al nombre Ricardo. Los Ricardo que he conocido. Un pastor protestante que ejercía en la iglesia baptista evangélica por detrás del hotel Brujas, en los tiempos de instituto, con José Víctor García Luis y Aureliano Marrero. Otro Ricardo era un gallego que militaba en las Juventudes Comunistas y que tenía la teoría de que yo era recuperable. No lo fui. De las Juventudes me alejé --mediado de los setenta-- cuando no quisieron publicar un artículo que me pidieron y en el que la escritura me llevó a considerar el deterioro de la teoría marxista y el futuro derrumbamiento de la Unión Soviética. No me quisieron como profeta. Consideraron una locura --no es la primera vez que me toman por loco-- mi pensamiento político, que entonces me preocupaba mucho más que ahora.
Más tarde conocí a este Ricardo de ahora. En cierto modo, protagoniza la escena inicial de una de las transformaciones que he vivido. Un soplo de la boca de Ricardo provocó una fractura en la mi historia personal. Tiempo pasado de tormentas. Que se duerman en el pasado y si regresan que me cojan prevenido.
En fin, ahora Ricardo me cuenta conversaciones con Isaac de Vega, que tiene grabadas. Me habla de El cafetín. Segundo día que oigo hablar de esta novela de Isaac.
--La original la tengo yo. En la que está editada, alguien, no sé quién, le metió mano y se pasó con las correcciones, sin contar con Isaac. La que yo tengo la corregí yo, pero consultándolo todo con el viejo.
La conversación pasa a lo mal que está el mundo cultural, cosa que hoy todavía me importa menos que la filosofía marxista, la verdad.
--Si a mí me hubieran dado el dinero que le dieron a García Ramos para sacar la Biblioteca Básica...

etc, etc. Acabo de recibir un mensaje. "A las 9.30 ponen una película interesante en el Tea". Sí, ya leí la reseña. Me recuerda a Telarañas. Ese interesante fracaso de novela.
Si puedo, mañana o pasado le cuento al Cuervo cómo fue ayer la cosa en Mala Vida...

viernes, 18 de enero de 2013

notas
Merced a Christian, a Marcelino, a Clara (nevera, termo y coche) y a Carmen (templo del espíritu) recibí a mi hija Atteneri y a Juan Cruz con resolución de padre que sabe llevar sus asuntos. Mi hija me dejó con la obligación de no soltar la lengua a pacer, contra gente que ni se mete conmigo ni me molesta en absoluto. Prometo no llamar más xxxyyy a nuestro godo mártir ilustrado. Es más, recomendaré a Cristina Tavío, mi política tinerfeña preferida, que vaya el 25 de enero a la inauguración pública del bodrio líquido en el Náutico. No fue a la Mala Vida a oirnos a nosotros el jueves aquel, pero hay obligaciones y devociones. Y cada cual tiene las suyas.
Ayer, después del magnífico abadejo con Cuervo, Sita, Atteneri y Juan Cruz (en Tajao) regresé con Marcelino a la Mala Vida. En los primeros momentos aquello pareció sin pena ni gloria, acto salvado por los poemas de Alejandro Suárez, con una voz que se le queda atrás, pero todo se aprende si te pones. Ni la presencia de Evelia ni el enigma de Ángeles con las copas... animaba el ambiente. Hasta que llegaron Christian y Morgantani. El príncipe y el comandante. Christian quiere encargarme un cuadro. Yo sé qué cuadro tendría que encargarme y lo que voy a pedirle a cambio. Esto último se lo diré. Lo primero, a ver si lo adivina, o si no, que se lo pregunte al tarotista de turno cuando en El Generador --en febrero marzo si la cosa rueda-- Zoo.0 celebre La Carta sin Nombre.
Pero la visión mágica ayer noche la tuvo Marcelino. Una escena que nadie vio, sino nosotros, entre la poeta de labios rojos y el poeta ciego. Cariego en estado de Sade. Aquí eso no lo puedo contar. Lo contaré, no lo podré evitar, en las páginas paralelas a este blog que ahora escribiré en pantalla grande y con teclado de fundamento, no de juguete.

Javier Hernández se acuerda de uno en la concepción de una honra importante. Digan lo que digan, Anghel Morales tiene tres autores narrativos valiosos, verbigracia Javier, y dos contundentes. A ver lo que hace este hombre amigo. Por lo pronto --lo deseable-- mover la novela que tiene que mover (la de nuestro amigo) y reeditar Marlou Diésel. Si no, si no... ¿qué? Nada, hombre, nada, gaste usted su dinero como le parezca oportuno. Yo no creo que gaste el mío con liquideces náutica del 25 de enero. Pero la curiosidad no la niego. El autor es normalmente tibio pero cuando se calienta, tiene aciertos no desechables. He dicho.

 *
HAIKU ESCRITO EN EL AIRE (Marcelino y un servidor en el Platillo Volante, medianoche)

La noche se enciende
La esquina despierta
Qué pasará en otros lugares  


lunes, 14 de enero de 2013

suerte de picador

Se me acaba de caer el móvil al suelo. Se desparramó en tres pedazos. Esto me recuerda una idea cultural: una semana sin móvil. Un guerrero diría un año sin móvil. Pero somos gente normales. Llamamos mentiroso a quien mentimos, ladrón a quien robamos e ingrato a quienes tratamos con ingratitud. No sé si eso tiene que ver con la filosofía de la mónadas, algo relacionado con Gustav Bueno el prócer asturiano. No vemos al otro. Sólo vemos lo que nosotros mismos reflejamos sobre el otro. La incomunicación es la realidad. El intento de comunicación es metafísica. Quizá necesitamos que triunfe la metafísica. Pues que triunfe. Seguiremos incomunicados. Cada uno escuchándose a sí mismo, en el peor de los casos en un discurso constantemente repetido. Bueno, todo esto porque --como en un cuento de Juan Royo, en el aún inédito Camino Largo-- veo una película y me creo que soy uno de los personajes. Esta vez me fue difícil acertar. No sé bien qué enano era yo de la que vi anoche. Blancanieves. Con una bella Maribel Verdú. Muy buena la escena final. Todos los lajas de Sevilla besando a Blancanieves, a ver quién la despertada. Nada, seguía durmiendo. Ni el enano guapo que dormía en el mismo nicho de cristal, con ella, lograba despertarla cuando la besaba. Pero le hacía soltar una lágrima. Yo creo que se estaba haciendo la dormida. ¿Le había cogido gusto al espectáculo?
Fui al cine con Atteneri y Juan Cruz. A Juan Cruz no le gustó lo de los pasajes cuando Blancanieves es Cenicienta. En fin, que una semana sin móvil. Propongo. Entonces sabremos con quién de verdad estamos comunicados y con quien no. Y no me digas que no te llevé al cine. No me recuerdes las veces que no me llevaste al cine. Canción torera.

martes, 8 de enero de 2013

ramblos laureles

Estas cosas pasan. No hay que ser demasiado repunante o te vas pal piso en menos que canta un gallo. Ruben Díaz se adelantó a ponerle título a la cosa del jueves próximo en Malavida. Pues ese tendrá, no le vamos a joder el cartel

bajo los ramblos laureles

expresión de uno de los artistas (cuidado con esta palabra, aquí un artista puede ser lo peor del gallinero) de la época de Ídolos de bruma

pero aunque no esté en el cartel: FELIZ AÑO NUEVO, CUCARACHAS (lema que hace referencia a los autores Rubem Fonseca y JRamallo) estará flotando en la atmósfera. A ver si entre todos hacemos justicia a la atmósfera que respiramos con estos dos autores

A las 9.30 noche en Malavida, calle del Clavel.

sábado, 5 de enero de 2013

jugando a perder

Tanta escritura y tanta pintura y descuidé lo importante. El amor a las cosas importantes. Amor no es contrario de odio, que es la otra parte de la misma moneda.Amor es contrario de desamor. Desamor a la casa donde uno vive. Mira que Marcelino me vuelve loco la cabeza. No me la toca como Ramón Herar, pero me la vuelve loca con las gotas del patio. Por dios, ya sé que a veces eso es la gota china.
No sé si algún día haré que sean bolas chinas, pero déjame que yo me entienda con ellas. A lo mejor esas gotas intermitentes (de vez en cuando, menos mal que de vez en cuando) algún día se convierten en bolas chinas, idóneas para todos los gustos: caperucitas, belladurmientes, campanillas, rizitos de oros, etc etc, y los príncipes y los enanos y los ogros a lo mejor también disfrutan con las bolas chinas. Nunca se sabe. El dicho Marcelino tiene un cuento con bolas chinas en Y fumar puede matar. Quien lo haya leído, sabe de lo que hablo.
Y ya que hablo del Capitán (no sé si sigue militando en el CNR), el aviso de Rubén Díaz en feibo nos ha puesto en órbita. Recitaremos el próximo jueves (dm) en la Vida Mala, calle del clavelito, donde el jueves anterior Alejandro en la barra mostró ya sus poemas concluidos. Eso se cree nuestro amigo. ESos poemas tienen aire y agua suficiente; pero piden fuego y tierra. Quitar de la tierra a mal consejo y quemarlo. Marcelino y yo tenemos fuego y tierra, pero nos falta agua y aire. FELIZ AÑO NUEVO va a llamarse la cosa si la cosa prospera. (homenaje a Rubén Fonseca, o mejor, FELIZ AÑO NUEVO, CUCARACHAS.
 En este recital falta uno. Pero el dos es el número del arquero, ya los sabes. Y ahora al laboro. Lo demás es meterse a poeta que va a combatir esa noche con el no poeta Marcelino Marichal.

Quien gana, pierde.

jueves, 3 de enero de 2013

papeles encontrados

Es Anselmo Franquis Alberto, amigo de mi padre en San Andrés, el autor de estos

versos chancleros



cuando en algunos años
en San Andrés se vivía
jalando con un chinchorro
de noche como de día

cuando ganaban diez duros
la gente toda privada,
algunos para olvidar
la tarberna lo esperaba

mira si éramos tontos
para Santa Cruz no pasaban,
se encontraban más feliz
tumbado en aquella playa

de noche en las traineras
fuerte frío se pasaba,
cuando llegaban a tierra
se iban a tomar café,
el tercero lo pagaba

así seguía la Historia
que nunca ya cambiaría,
si se mojaba las patas
de San Andrés no salía

así yo tendo entendío,
la playa Las Teresitas
van hacer unos hoteles
para los sean turistas

y con esta me despido
y les doy un buen abrazo.
El que se jode se jode
candela que ahuma el gato

FIN


otros del mismo autor

Ay San Andrés de mi vida
los viejos no olvidarán,
siñó Juan los regalaba
un café para ir a la mar

era un café popular,
todo el mundo iba allí.
le pegaba cada fiado,
luego se echaban a dormir

el hombre era tan bueno
que cualquiera le engañaba
y para no tener trastienda
el pobre lo regalaba

había un llama gente
para ir a la traíña,
ay qué noche de perros,
parecían andoriñas

por el castillo de noche
sacando arena corriendo,
trabajando como burros
parecíamos cangrejos

cuando ganaban las perras
le entraba uno alegría
pero como eran muy pocas
se las gasttaban al día

cuántas miserias pasamos
que no había solución,
pero éramos felices.
menos mal que ya pasó

el chinchorro jalando
venga parriba y pabajo,
se ponía uno petudo
y las patas muchos callos

en las playa Los Trabucos,
pa qué decirlo a ustedes,
así pasamos las negras
aprovechando marea

si yo fuera a contar
que nunca terminaría,
los sacrificios pasados
me parece que es mentira.

***
Estos versos se los dio su amigo a mi padre para que se los mandara a Gijón a su hijo poeta. Han hecho viaje de ida y vuelta y permanecieron escondidos un montón de tiempo. Asoman ahora a la luz en un momento creo que idóneo. La solución ortotipográfica final debo consultarla con José Rivero Vivas. Hace tiempo que le debo una visita... (a mi casa no lo invito hasta que la adecente como es debido).

martes, 1 de enero de 2013

El señor Gaspar parece que desconoce mi correo o mi teléfono. Debe haber olvidado las veces que me ha escrito o me ha llamado. Sólo soy un lector de su obra --porque lo considero un autor valioso--. Fue a José Rivero Vivas a quien le oí hablar del "fracaso del lector", cosa con la que no estoy de acuerdo. Pero no voy a discutir esto ahora. Bastante tiene el escritor de San Andrés con el quijote del pensamiento y las ideas, dios nos lo guarde, pues personajes así son una suerte imperante. Lo demás es hablar torcido para que nadie entienda --ni los doctos-- y así parecer superdotado cuando el lector ignora a este y a aquel francés, alemán o inglés, flor y nata de la cultura occidental. Sólo responder al señor Gaspar que si quiere invitarme a un buen vino, porque el hombre agradecido es un caballero, por favor que no utilice la bajeza del correveidile. Si no, voy a tener que llamarlo Ignacín.

Lo digo por ese poema que, por mediación de XXX, me ha hecho llegar. Me gustó el poema, por cierto. Lástima que mi torpeza de cortar y pegar sea una norma imperante.
Que haya buenas cosechas, y todos bebamos. Sensatos y botarates. Todos.