sábado, 12 de abril de 2014

Décimas y coplas



En esta isla resisto
aunque soy hombre maduro
ya con achaques oscuros.
Por los pies siempre me visto
y porque pienso no existo
entre tanto torbellino.
A nadie llamo pollino
porque los burros son sabios
y, perdonen los marranos,
los humanos son cochinos.

En San Andrés fui chiquillo
y ahora ando en Santa Cruz
--renombrada Santa Pus--
y le doy todos los millos
a quien limpie con rastrillo
los que gobiernan aquí,
esos amos de un redil
de rebaño de cartón.
Sueños los sueños son,
quién me lo iba a decir.

En estas islas canallas
es mucho mas de lo mismo,
aquí gobiernan cochinos
y viudas de las arañas,
los que construyen murallas
con indigno proceder,
todo lo aguanta el papel.
Confesiones de aduleros,
esbirros y garbanceros
se reparten el pastel.

Quédense a comer, señores,
vuestros manjares tan ricos,
muevan con gusto los picos
y disfruten de los sabores
haciéndole los honores
al arte del cocinero,
ríanse mucho primero
que después ya llorarán
cuando les venga a tocar
el pago de lo que hicieron.

***

Estoy perdido tal vez
porque me duele un dolor,
tango de bandoneón
y no pararme a saber
lo que se debe perder
cuando ya todo se acaba.
Se acaba todo en la nada,
los amores y la vida.
Deje tiempo a la partida
la santa, blanca y callada.

***

Avecilla que no vuela
es que no tiene amor.
Ama la luna a la mar
cuando llega la ocasión
y cuando amanece el día
ama el sol a la flor.
Ama el río a la colina
donde nace su caudal.
Una avecilla al albor
murió de tanto amar.

***

Dura cama de piedra
es esta tierra
canaria.
Mujer que a mí me quiera
tengo a la vera
de España.

Carmina del corazón,
Maricarmen del alma,
protectora de mi don
y mi palabra,
mi cuerpo calma
en tu memoria.

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