miércoles, 7 de mayo de 2014

Vaya, no puede uno adelantar el futuro ni media hora antes. No hubo prtograma. Juan Royo quedó secuestrado en su conexión con Hollywwod. Si cuaja su trabajo con el cine de altos vuelos (económicos), poco me parece lo vamos a ver por la tasca de la avenida 3 de Mayo. No sé si desear que fracase. El otro tripulante pierde fuelle y no llega. Lo llamo. Da una disculpa. Disculpado. Pero pude haber evitado bajar a la ciudad, quedarme en mi pueblo. Tenía la cabeza en blanco. Ensimismado por lo que guardo en mi corazón, pocas ganas de hacer el teatro que suelo en la radio. Mudos quedamos. Todos mudos. Así que me fui a La Laguna con Marcelino. Hablamos de la Tres sombreros de copa y de los personajes paralelos con otra boda en ciernes: El Notable Energúmeno (en la obra teatral: El Odioso Señor), El Tímido Pitagorín (en la obra: Dionisio), La Madre del Novio (en la obra, el padre de la novia)... Pobre Dionisio. Me falta leer el último acto. Creo que va a perder a Paula. Por bobo. Por casarse con una tonta a la que no tiene en el corazón. Así son las damas bobas. Esconden a quien vale la pena y van a comer con los papafritas. Algo tendrán, supongo. Todos tienen algo. El Odioso Señor mucho trigo en el campo (algo hay que tener en el campo), y El Notable Energúmeno muchos libros en su biblioteca (algo hay que tener en la biblioteca)... Pobres diablos que se creen lo que no son, y presumen. Prefiero al Cazador que pescaba conejos y el tolete no se los podía comer por... él decía que por falta de tiempo. Pero eso es una disculpa. Una de tantas.

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