martes, 8 de julio de 2014

política y otras variantes

Que el autor de La Celestina (un ejemplo entre muchos) se haya alimentado de Petrarca, Séneca, etc. no desmerece la obra sino que la eleva aún más. Oír hablar a la vieja Celestina como un filósofo, es grato al oído y a la digestión de la obra. Yo no soy Petrarca ni Séneca, pero que autores de cierto peso como Javier Hernández o Antonio Charlín hayan alimentado novelas suyas con granos de este blog, me alegra y me justifica estas horas que suelo venir a La Granja en guagua, me gusta el viaje en guagua, o caminando (sí, Vera, iré a la calle Tirso de Molina), más costoso que gustoso. Andrés Chaves no puedo decir que me copie literalmente, al pie de la letra, pero coincidencias que despiertan sospechas (¿o son frutos de la casualidad?) ponen a Chaves a mi misma altura. Nos alimentamos mutuamente. Hablo aquí de bocadillos de mortadela, y el otro día el hombre puso al alcalde Linares comiendo un bocadillo de mortadela. Hablo aquí de la rata en el tejado, y hoy el hombre habla en su folio de la rata en el jardín. Voy a tener que visitarlo un día y proponerle que nos metamos juntos en la cama y hagamos el amor.
De todos modos, hablando en serio, la respuesta de Stevenson a James ("la literatura se alimenta de la literatura") ha sido válida siempre. ¿Qué hubiera sido de mí, por ejemplo, sin Jim Thompson, Rubem Fonseca, Isaac de Vega o JRamallo? Esto hablando de escribir. Por ahora prefiero dejar a un lado el hablar de pintura. Más compleja la cosa.
Pintura la de un concurso de Guía Isora. Leo lo que dan por el primer premio (1.000 eros) y no sé si es una tomadura de pelo o una llamada a la humildad pictórica. Sin embargo, no me voy a presentar. 1.000 eros y encima no ganar, como pa tirarse por un precipicio.
De política... la miro pero desde bastante lejos. La política me interesa pero no practico ese deporte. Quien sí lo práctica --no sé si en propio y familiar beneficio, o en beneficio del partido (en beneficio del pueblo, a la vista está que no) es Paulino Rivero. A este demagogo lo vi venir hace rato. Sus anunciadas conversaciones con Repsol señalan el andar del perrito. Perro ladrador, poco mordedor pero saca tajada. Vergüenza me da. Y más vergüenza saber que lo que vendrá detrás --si Cristina Tavío no toma el timón de estas islas-- será más de lo mismo o peor.
Prefiero a Soraya de Santamaría. Pena no tenerla más cerca. Saludarla como hizo el Rey hace una semana más o menos. Ahora, paralelo al laboro en la Colección Animal con Jose, me ha dado por pintar viñetas del Rey, inspiradas en fotos de los periódicos. La serie: el Rey y la dama. A ver si me sale algo curioso y no pasto del fuego. A ver.
Con Alemania-Brasil tengo un lío. Por pasión, quiero que gane Alemania --el actual Brasil no es santo de mi devoción y la actual Alemania sí, me refiero a los equipos de fútbol-- pero por política, sospecho, ganará Brasil. 
Esta tarde el partido. En Ibrahim.
En una ferretería de Salamanca, que está cerrando, pillo ahora material a mitad de precio. El hombre de la ferretería es un encanto de persona. Donde hay buenos negocios, hay buena gente.  

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