lunes, 7 de julio de 2014

visiones

Pienso todos los días
¿por qué me duele el amor?
Me duele porque eres bella
y la belleza es dolor.

Visionarios pide el Cabildo. Preferiblemente visionen mejor lo que tienen. En fin, en cualquier bobería se fija uno. Bucan ideas los mandatarios de la institución. Ideas tiene todo el mundo. Y buenas ideas pueden dar resultados nefastos, y malas ideas consecuencias agradables. Ley de vida.
Ayer me paré, después de verlo varias veces seguidas, a hablar un rato con Kóliac. Lo conocí en la década de los ochenta. Otro Santa Cruz aquel. Frecuentaba su casa en la calle Serrano. Lo veía pintar, me llamaba la atención. En aquel tiempo ni idea de que muchos años más tarde a mí también me iba a dar por esa arte. En ese tiempo (lo cuenta él mismo en el periódico de La Laguna) organizó en el Guimerá el espectáculo Contaminación. Creo que coincidió con lo de las esculturas en la calle. El colegio de arquitecto estaba fuerte. No sé. Más méritos tiene Kóliac. Líder político en la época. Y buen peleador, hombre con agallas. Etc. En fin, hablamos un rato. Parte de la conversación es asunto privado (tal es pederasta, tal es un mafioso...). Aquí cuento lo público. Hace algunos años, Kóliac ideó, con arquitecto del país, un edificio que llamó El Burgado. Por motivos de propiedad intelectual --la palabra "burgado" ya estaba registrada-- tuvo que llamarlo "edificio caracol". Pudo haberlo nombrado "bulgado", con archifonema toscaleño, pero no sé le ocurrió. El proyecto quedó en nada. 
Barrios colgantes que se deterioran, dañados además por una construcción reglada fea y robótica. Plaza toro en estado lamentable. Auditorio necesitado de tres barrenos en los puntos áureos, que aseguren unas ruinas que alegren la zona. En fin, desde las cloacas a la cumbre, no sé que se puede hacer aquí. Lo mejor es no hacer nada. Quien toca el mundo lo estropea, dice el Tao. Puede ser. De todos modos, hubiese sido un buen edificio. Ahora ya es tarde. Y lo menos que necesitamos son visionarios.

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