lunes, 18 de agosto de 2014

Aprox... 5

La posesión
Isaac de Vega
(cuatro momentos)

Esta es mi posesión.
Fueron luchas 
con hermanos,
primos, allegados.
Luchas a muerte
y mía la victoria.
Fui el más astuto,
el más fuerte.

Valió la pena
la sangre
que corrió.
Mi posesión
está entre montañas,
en una llanura rojiza
con tres aldeas
que también son mías.

La más importante
rodea mi palacio.
Aquí está la iglesia.
Sustento al cura
y lo invito algún domingo
a comer en mi mesa.

2
No hay persona
que me sea fiel.
Acaso mi administrador
que nada vale
como hombre
y un muchacho
a quien di estudios.
Será quien me herede.
Es honrado y franco
y no conoce el lazo
que nos une.

3
--Son ustedes muy dueños
de celebrar fiestas.
Únicamente pregunto
por mi libro. (1)

--La gente tiene hambre.
Estaba ahí el libro.
Tenían hambre.

--Yo no soy vuestro padre.
Nada me obliga a mantenerlos.
Ese libro es mío.
Ustedes no me son nada.


4
Ya es de noche
cerrada.
Camino solo
en la noche,
con mi afán, mi fuerza.
Camino solo
por este campo mío,
el único hombre
en esta tierra 
de cobardes.


*
La posesión ocupa un lugar en los cimientos de este trabajo, visto como un zigurat. Su personaje está relacionado directamente con Mat Fernández, de Un camino a través del infierno. El relato, en oposición, con Puerto Santo, y en connivencia, con Marlou Diésel, marcado éste por la frustración, la cobardía, la envidia, pobre de alma.
El pirata de Secretos de Cuba es valiente, pero doblegado por la crueldad y, por ende, el arrepentimiento. Nadie se puede sentir orgulloso de matar a un niño. ¿?
El paradigma de la cobardía no está en oposición, sin embargo, con la valentía, en esta constelación de obras, sino con la ausencia de lujo para permitirse la opción entre ser cobarde o valiente. Caso del pescador en Puerto Santo.


(1) En el relato original de Isaac: una vaca, no un libro.

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