domingo, 8 de febrero de 2015

Amiga yo bien tenía,
tenía pero se fue,
y ya no puedo dormir
si no tengo que comer.

Canto como Nicolás
la luz que me vio nacer,
y escucho a Secundino
en la prisión padecer.

En la cumbre ladra un perro,
en la costa una perdiz,
y yo le ladro a la Luna
el día que te perdí.

*

Dejo libros sin terminar de leer. Uno es Arena rubia, de Víctor Ramírez. El estilo se me hace cuesta arriba. El estilo esencial. El guineo que llama José Rivero Vivas a esa música de las palabras que te invita a entrar o no te deja entrar. A entrar en la historia. Al final entré, con esfuerzo. Me interesó la historia de la novela,
una ciega que ve más que todo el mundo, y me acostumbré al estilo. La dejé unos días la novela y ahora me cuesta volver. ¿Qué puedo hacer?
Me puse a leer Los últimos días de Pompeya, de un autor inglés. Me interesó hasta que asomó la nariz un egipcio mala gente, metiédole a su pupila preferida cizaña para que no viese a su pretendiente. Yago el de Otelo por lo menos tenía un motivo, y era más sutil metiendo veneno en los oídos del moro. El egipcio el único motivo es que quiere poseer a su pupila, en cuerpo y alma. Personaje odioso. No lo pude soportar y dejé la novela. Abrí otra de un escritor con apellido catalán, En Canarias se ha puesto el sol, una historia inventada, el MPIAC de Antonio Cubillo convertido en una fuerza militar que, si sigo leyendo, me parece que voy a llegar a la tercera guerra mundial. No estoy para historias trágico épicas inventadas.
Abrí el libro de un inglés que escribe sobre la literatura española del siglo XX. El autor congenia conmigo cuando habla de autores que conocemos los dos, y me fío cuando habla de otros que yo no conozco y me gustaría conocer. Gracias al libro.
Pueda uno con ellos o no, no hay libro que no merezca un respeto (excepciones aparte). 
Por ejemplo La condición obrera de los marinos mercantes, de Alfonso Alonso Barcón:

"El día 21 de septiembre de 1975 se dio por desaparecido en el Mediterráneo el mercante español Maribel Riva... perteneciente a la Naviera Rivadeluna, de Gijón. El buque había salido de Castellón el 22 de agosto, con destino a Bengasi (Libia) y, según se dice, trasportaba un cargamento de armas y municiones... funcionaba sólo con nueve hombres cuando, dadas sus características y el viaje a realizar, el número de tripulantes no debiera haber bajado de quince."

Barcón escribiendo de barcos. 
Recordé a Berto, preocupado por hacer un cuento en que un barco se convierte en vivienda. Vivienda de los muertos es la víctima de naufragio. 
Berto quería hacer un barco vivienda normal. Le conté lo del Sagitarius Star, que se ha convertido en casa flotante en el Puertito de Güímar. Unas pocas aventuras tuve en este sitio, Y también en el Sagitarius, cuando tenía su atraque en la Dársena. 

En Fetasa el episodio del barco naufragado, es de una potencia extraordinaria, y su continuación: el cadáver liberado diciéndole a Ramón que no le debía nada, que él no le había salvado la vida, sólo había adelantado el tiempo. El tiempo de la venganza. La venganza del cadáver contra el viejo de los libros que lo mandó a cumplir una misión absurda: buscar un tesoro que no existe. (¿Cuántos aquí buscaron el tesoro de Cabeza de Perro?)
La sombra de ese viejo asesinado por el cadáver, persigue a Ramón hasta que éste encuentra a Juan, el auténtico héroe de Fetasa. El héroe cabrón enseñando a un ingenuo lo que es la muerte, lo mismito, chico, que la vida: buscar guarida y amor.

Mi guarida está fría y amor ninguno. Mejor hago versos.


¿
Dónde estás, no amiga,
dónde te escondiste,
qué mal me viste
que te fuiste, huiste
y te llevaste 
el cielo abierto
de tu voz de olivo.
?

*

Ya sé que no es a mí
a quien quieres cobijar,
lo dicen las madreselvas
y me lo dice Tomás.

Las diosas quieren dioses,
las reinas quieren príncipes
y yo quiero un imposible
que ya por aquí no existe.

Ahora joderme toca
como a todo animalito
y oír a aquella loca
cantar jódete, Chito. 

Me jodo, beldad bendita,
si a mis temblores de tierra
tú no le abres los cielos,
esa de jade las puertas.   



No hay comentarios: