sábado, 11 de abril de 2015

arte porque sí

La vida es corta y el arte es largo. Creo que lo decía Ortega. 
Ayer estuve con mi amigo Tigre en el Cafésiete.  Con la esencia espiritual de mi amigo Jabalí. Subí con María. Me porté bien.
Entramos, bailamos y concluimos, con Jordi maestro oral de la ceremonia.
--¿Quién hizo esa pintura?
--Fuenteovejuna, señor. 
La creación es sexual. Obsesionada con sonidos, colores o palabras, no existe creación sin sexo. El cuadro de ayer fue un ejemplo orgiástico, inocente, el Diablo a la luz del Sol, hasta que un improvisador del público colocó unas tijeras sobre el cuello de Cristo. Están a punto de dogallarlo. 
Fue inocente el cuadro en sus sucesivas transformaciones, el Diablo escondiéndole las ovejas al Hijo del Hombre, hasta que apareció esa tijera como el pico de un halcón. Un segundo después, la cabeza rodará sobre el lienzo como una bola de pin-ball. Pero ese segundo después no ocurre nunca, por lo menos en el estado actual del cuadro (creo que lo titularon "eyaculación japonesa", o algo parecido), en manos ahora de la naturaleza y el tiempo, en una pared (si ya lo han puesto, el comprador cedió el cuadro al lugar donde fue pintado) de Cafésiete. Allí deberá de estar ahora, secándose. Tal vez la tijera no esté cerrando sus hojas sobre el cuello del hombre, sino abriéndose hasta formar una cruz redentora, símbolo de esperanza cristiana.

Llegó, metida en un marco, una imagen encontrada de Cristo cuidando sus ovejas (su Iglesia). Las transformaciones sucesivas, en cincuenta minutos, han dejado (a mí por lo menos) una interrogante. No se si el cuadro actual señala algo del pasado o es un anuncio de algo que va a suceder. ¿Le cortarán la cabeza al Papa Francisco? Esperemos que no. 
Por lo demás contento salí de la fiesta, con tres números de móvil nuevos. Tres mujeres. Tres novias que me salieron porque soy un artista y simpático. Lástima que las tres fueron allí con el maromo puesto. A ninguno traté de quitarle a la novia, me cayeron bien. (De mente soy medio judío, pero de cuerpo soy cristiano). Por lo menos con una me hubiese ido. 
Pero no. Bajé en el tranvía. 
Santa Pus de Tenerife, qué ciudad --Dios mío-- necesitada de una orgía como la de anoche. Arte porque sí.
--Fuenteovejuna, señor.

1 comentario:

Unknown dijo...

Y una señal diabólica en un coche de champagne llevó algo de la orgía a Santa Pus. Un gusto conocer un poco al Arcano y leer entre líneas que el diablo también tuvo su lugar en esta fiesta.