lunes, 13 de abril de 2015

una libelula se acerca



Dos notas del blog de Martín. El hombre tiene una discusión con Juaristi. Le dice que Antonio Machado, aunque tuviese antepasados judíos, no era judío. Juaristi le contesta que sí lo era porque su filosofía (el Juan de Mairena y otros) se alimenta de filósofos judíos. 
Supongo que filósofos judíos judaizantes, porque no todo filósofo judío (de raza) fabricó una filosofía judía. Supongo. 
Un comentarista comenta que, para el Estado de Israel, es judío quien haya nacido de una madre judía.
En fin. Otra cosa del mismo blog. Presenta a un personaje peculiar portugués, amigo de Pessoa. Su nombre António Ferro. Facista bisexual, al servicio de Salazar, que rescató el fado de los arrabales (los portugueses decentes se avergonzaban del fado) y lo elevó a santo y seña de la nación portuguesa.
También fue literatura de arrabales (de albañal, dice Borges) las 1001 Noche. La mierda se hace arte. 
De la mierda surge la flor más bella. Sí, paradojas. Como la de Aquiles y la Tortuga.
Editorial Aguere publicó hace tiempo un libro de un canario, me dice Anghel que ya fallecido, que niega el movimiento. Hojeé hace tiempo el libro y hablaba de las olas. Una ola no se mueve sino que le sigue otra ola. Por efecto de la energía. El libro, si mal no recuerdo, concluía que tampoco nosotros nos movemos, sino que somos una sucesión de secuencias, como los fotogramas de una película. 

Algo sin embargo sí se movio la noche del día nueve en Librería del Cabildo. Fui al maratón, en la hora de Anghel, por novelería. La poesía ama al corredor de fondo y abomina lo multitudinario, pensaba. Pero sin embargo hubo poesía en esa útilma hora del maratón. Hasta Anghel, que otras veces se ha puesto telúrico político, tuvo una sobriedad musical digna de oído. Recuerdo especialmente los poemas de una mujer llamada Silvia. Su poesía tocaba fondo. Realista. También me sorprendió Armando Rivero. Con libro en imprenta, editorial Idea Aguere. 

Al margen de realidades, una realidad que aún no logro descifrar. El día 10 me puse el reloj al revés, porque al revés era como estaba marcando la hora exacta. Y el reloj del móvil, que lo tenía una hora adelantado porque no sabía ponerla bien, se trastoca y cambia a.m por p.m. Pero con la hora exacta. Ahora, a las 13.30 --por ejemplo-- marca 1.30, y las 22.40, 10.40.
Caso raro. Razón oculta.

En cualquier caso, un fenómeno que podría decorar el cuadro de López Aguilar. 

El caso del fiscal argentino que denunció a la presidenta de ocultar información... pasa a menores. Leo que el individuo era un laja ecónomico, putero y bailarín. Como António Ferro.

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