miércoles, 10 de junio de 2015

canta el arroyo

De día leo El Dia y de noche El País. En el mundo, lo mismo que ayer. Aquí, la guerra cósmica entre el alacrán de patas blancas y la cucaracha de antenas fluorescentes. Una lucha en la que yo soy un lagarto, estoy en el público. Los contrincantes: periodistas escritores. El gallo de La Ranilla y el pollo de Idea. Que gane el mejor. Yo al primero le tengo afecto, es un escritor con estilo, como Azorín o Cervantes. Es vulgar y elegante. El otro es cronista político que leo con interés. Uno habla de que la directora del periódico metió en la empresa al enemigo de su padre. No creo que ningún hijo tenga obligación de heredar enemigos. La vida va y viene y marineros somos. 
En los artículos de cada uno hoy, el primero dice que lo han llamado para parar la pelea. El segundo, enseña las cartas y arremete, con nombre y apellido, contra el otro. Siguiente capítulo, mañana. 

En medio, por arriba y por abajo y por los costados el gran arte. El sábado inauguración, con cuentacuento a las ocho de la tarde, de una colectiva exposición, en la calle Fleming, en Punta Brava, Puerto de la Cruz, patria de los ranilleros. El otro día conocí a un hindú, que estudió en los Seleccianos, que es de La Ranilla. Era un tipo que me cayó bien, con gracia en el cuerpo, no impostada. Me invitó a quedarme en una fiesta. Todas mujeres destartalada, yo también. Me fui. Con mis amores soñando. 

(versión animal de un poema de A.G.C.)

He perdido mi pequeño amor,
pero no lo iré a buscar.

Amor de la fosca,
pelo de maíz,
con él de la mano
por el bosque me fui.

El álamo más viejo,
el fresno, decía Sí.

Canta el arroyo allí.

Y decía ni no ni sí.

Por el rabillo del ojo
le brincaba la sal.

"Yo lo sé todo.
Tú qué sabrás!

La sombra creciendo
se oyó del pinar,
y apreté su mano

y de miedo decía
"No me dejes solo
que te perderás".

El filo
del claro lunar
se reía
con poca piedad.

"Voy contigo,
qué solo vas":

Y era verdad.
En el bosque solo
toda soledad.
No la iré a buscar.
Si quiere volver,
que vuelva;
si no,
¿qué más da?

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