miércoles, 9 de diciembre de 2015

carta privada

Pepe:
Ayer estuvimos hablando del caso Carbajal & Xerach Viaje Promotivo a México a Cuenta de Canarias Crea. Asunto criticado con sentimiento y razón. Pero sin instinto. Crítica injusta, a mi parecer. Carbajal y Xerach, dicen, son todavía autores a los que hay que asomar al abismo. Escritores deshuesados los hubiese llamado el dictador Leonidas Trujillo, quien --según La muerte del Chivo-- ponía a los artistas y escritores y poetas en el último escalafón de la escala social. No en balde la lengua española en Santo Domingo la arraigaron los canarios que fundaron y se instalaron en el barrio de San Luis.
Yo no sé qué calidad de página tienen Dulce Xerach y su compañero de viaje a México. Todavía no los he leído. Y debería, porque el título "azul cobalto" es, supongo, indispensable lectura para cualquiera que vaya de pintor por ahí. Y la novela de Dulce Xerach, porque hubo un tiempo lejano en que me enamoré de esta mujer (amor platónico). Por ese antiguo amor accedí a que mi hermana le hiciese la entrevista. La verdad que no está nada mal, la leí hoy en el ordenador de mi cuñado, porque mi hermana quería añadir algo que dejó en el tintero porque a Raimundo le pareció comprometedor. De comprometedor nada. Ya no hay nada comprometedor. La política correcta está haciendo aguas. Ahora es nuestro momento.
En fin, mi hermana es buena entrevistadora. Supo abrir en Xerach la piel que yo no pude amar. Las miserias del amor platónico. La entrevistadora le pregunta por mí, por ti y por Juan Royo. Ya te diré en público lo que dijo al respecto. Aunque ya sabes que esta nuestra autora su vocación la tiene en el género negro, cosa que la perjudica.
Bueno, el caso es que, como buenos políticos que somos, lo que importa es el bien público. Y el bien público está en hacer que los parvularios salgan de excursión. Nosotros también saldremos. No nos quedará otra.
Al margen, ya sabes. Después del día 12, el día 14 en el Círculo de Bellas Artes la pintora que más aprecio y estimo y admiro estará allí, su obra.
Bueno, Pepe. Ya escribí las palabras contadas que tenía para hoy. Bajo a comprar un cupón. A ver si hay suerte y lo celebramos en México.

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