viernes, 5 de febrero de 2016

Emet: Teme

Pepe:

Dos coplas tiene el guanche,
dos coplas ancestrales;
continuó a cinco sílabas
en español un romance.

En una no quiero pan
si tú no quieres mirarme;
la otra es un ruego, amigo,
contra enemigos infames.

Y la endecha lo que dice
es maldición a La Palma
por al Peraza matarle.
Volvió a la isla retama,
retama de la más mala.


Tres cantos dice el tiempo
del acontecer del arte.
Uno porque no quieres
porque no quieres mirarme.

Otro es la voz que se pierde
en los oídos de nadie
por las amargas calles
de nadie besa ni muerde.

Conservamos esos cantos
con el sonido del guanche.
Y la endecha de maldición,
bendito aquel que la cante.

***

Viejo tigre, estoy perdido.
Hoy me estrujo la cabeza
y me pongo pensativo
a ver si recobro fuerza.

Todo tiene un pasado,
todo tiene un presente
y un futuro incierto,
todo tiene su suerte.

Hay quienes el movimiento
con absoluto defienden
y otros dicen que no entienden
eso que llaman tiempo,

que todo es una apariencia
que pa vivir aprendemos,
materia de realidad
es materia de los sueños.

Mas hay a quien le parece
que todo es un incesante
cambiar y moverse,
nada es nunca lo mismo,
sólo lo parece.

Nunca es el mismo sol
quien por el día amanece,
nunca es la misma luna
que vemos cuando anochece.

Y yo, impoeta, declaro
que en este mundo cambado
lo barato sale caro
y lo que es caro se tuerce.

Se tuerce vida del hombre
cuando llega santa Muerte
con su gadañu afilado
y el sonreír de sus dientes.

Y los imperios se tuercen
cuando pierden feligreses
que a tal imperio le recen.

Ocurrió con el romano
imperio de Julio César,
conquistador de los galos,
y a España el imperio
se le fue de las manos
por magia de los ingleses
y los banqueros de Flandes.

Se tuercen todos los meses
en estaciones del año,
dolor se tuerce en placer
y el placer se tuerce en daño.

Son pequeños los tamaños
que podemos abarcar
y en estos pocos espacios
el decir es engañar.

No pudo imperio alemán
durar más de tres días,
poco dura tempestad,
pronto llega su agonía.

Quienes mataron gitanos,
quienes mataron judíos,
también quedaron tirados
ausentes del poderío.

Del poderío soviet
ya no queda ni cosaco,
Isadora ya se fue
con el poeta del campo.

Se fueron aquellos guanches
que a esta isla poblaron,
culpa no fue de los godos
ni del Adelantado.

Unos sentaron reales
sobre los muertos matados
y los que sobrevivieron
a silencio condenaron.

La danza bailaron todos,
la danza que les marcaron
los cielos desconocidos,
los cielos que son extraños.

A veces digo verdades
si las verdades me alcanzan;
que junto con las mentiras
equilibren la balanza.

Para unos largo infierno,
para otros breve gloria
y todo al cabo se olvida,
nada queda en la memoria.

Pero no olvido a Nguyen
que es un llorar de mis ojos,
es este amar un castigo
que a veces mal lo soporto.

Entonces bajo al barranco
a lo profundo más hondo
y pongo en la piedra seca
de granos un seco hinojo.

Entonces un perro ladra
derramando su ladrido,
es ese perro un amigo
y su ladrar es mi alma.

Chito

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