domingo, 23 de julio de 2017

fin de semana II

domingo

hoy veo en pantalla dos entregas de mujeres. la primera es una letanía de la poeta Cecilia Domínguez Luis. reza q no es buena para callar si ve lo malo, ni es buena para adular a un colega si su obra no le gusta ni para bailarle el agua a quien ejerce el poder...
Lo contrario de Maquiavelo. El filósofo de la política aconsejaría q nos fuésemos a Madrid, y allí nos pongamos a adular al ministro de turno, o ministra; al escritor con poder aunque sea un batata, y etc.
Cecilia termina aludiendo a Murakami. El cuento que cita es más viejo q la obra del japonés. Yo lo oí en una película. El cuento del río, la rana y el escorpión.
--Ay, rana. Por favor, pásame a la otra orilla del río.
--No, que me picas y me matas.
--Boba, si te pico yo también muero, porque no sé nadar.
Es verdad, piensa la rana. Y le hace el favor. En mitad del río, el escorpión pica a la rana.
--¿Tú estás loco?
--Lo siento, es mi carácter.

La otra entrega es más doméstica, más de todos los días. Curioso que cuando te cuento esto, pasa por la calle la vecina galante, vestida como una en un cuento de Marcelino en El fuego de siempre, se asoma a la ventana y me pregunta si necesito algo del Komo Komo. Ya por la mañana el marido me despertó, también por la ventana, preguntando lo mismo. Qué casualidad, la manía de tener modelo me hizo anoche soñar q pintaba, presencia de la figura, a la vecina. No se lo pido porque no tengo ganas de tener al marido de mirón todo el rato calibrando como está el cuadro. Con dos buches de magia verde no me importaría. Magia verde y azul turquesa.

La otra entrega es de una mujer q escribe ajena a las normas académicas. Ni de lejos, es una mala escritora. Una mala escritora muy buena. Hasta ahora estaba en guerra con medio pueblo. Su estilo me recuerda al de Juan Rulfo, pero el contenido es épico. Es una mujer guerrera, de Guía de Isora. Su baluarte hasta hoy era su marido, despertador de envidias entre las demás. Pero en lo de hoy hay una novedad. El marido se le ha vuelto rana. No sólo la deja sino que le pide que le devuelva todo lo que le regaló.

Tenía q haberle dicho a la vecina que sí, q me trajera algo. Pero pa qué? No tengo lienzo virgen y me
faltan colores.
El diablo que tengo de okupa me incita a buscar modelo que tenga arte para el café. Dios, al contrario, me dice que siga por el camino del paisaje y salga, con lienzo y carboncillo por lo menos, a pintar una marina. Y de camino, darnos un baño, en zona sin algas dañinas, si puede ser.

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