lunes, 21 de agosto de 2017

en Proverbios

Hay una casta de gente que maldice a su padre, y también a su madre, en vez de bendecirla. Otra casta de gente que se tiene por pura, y por lo mismo no se ha lavado de sus manchas. Otra casta de gente que tiene siempre altivos sus ojos. y erguidos y levantados sus párpados. Otra casta de hombres que tienen unos dientes como cuchillos, y despedazan con sus quijadas, y se tragan los desvalidos de la tierra, y los pobres de entre los hombres. La sanguijuela de la concupiscencia tiene dos hijas, las cuales están diciendo siempre: Dame, dame.--Tres cosas hay insaciables, o más bien cuatro, que jamás dicen. ...
A quien mofa de su propio padre, y desprecia los dolores que al parirle padeció su madre, sáquenle los ojos los cuervos que viven a lo largo de los torrentes, y cománselo los aguiluchos.
Tres cosas me son difíciles de entender, o más bien cuatro; las cuales ignoro totalmente: el rastro del águila en la atmósfera, el rastro de la culebra sobre la peña, el rastro de la nave en alta mar, y el proceder del hombre en la mocedad. ...
Por tres cosas se perturba la tierra, o más bien por cuatro; las cuales ella no puede sufrir: por un esclavo que llega a reinar; por un tonto harto de comida; por una mujer que se casa con el que la aborrece, y por la esclava que es heredera de su ama.
Cuatro cosas hay de las más pequeñas o ruines sobre la tierra, las cuales superan en saber a los sabios.
Las hormigas, ese pueblo debílisimo, el cual al tiempo de las mieses se provee de víveres; los conejos, tímidos animales, que colocan su madriguera entre las peñas; las langostas, que sin tener rey se mueven todas ordenadas en escuadrones; el estelion, que trepa con sus pies y se apodera de los mismos palacios de los reyes.
Tres cosas hay que marchan con mucho garbo, o más bien cuatro,las cuales marchan con gran gallardía. El león, que como más fuerte de todos los animales, no teme el encuentro de nadie. El gallo, que anda erguido; el carnero padre, que va al frente del rebaño, y el rey, con quien nadie puede medir sus fuerzas.
Hay quien pasaba por sabio, que descubrió ser un insensato, luego de elevado a un alto puesto: si hubiese tenido entendimiento, no hubiera desplegado sus labios para pedir tal destino. Quien exprime o bate fuertemente la ubre para sacar leche, hace salir de ella un jugo espeso; y quien se suena con vehemencia, saca sangre. Así aquel que provoca la cólera, enciende discordias

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