jueves, 4 de enero de 2018

en el laboratorio literario

Como soy curioso, busco rasgos esenciales,

--... hace cualquier cosa para no pasar desapercibida.

Ahora comprendo su estupor cuando el público del pub no la aplaudió.

No comprendió al público.

La conclusión de su palabra exige el silencio. La reflexión y la memoria.

Si la escucho, entra en juego su figura de mujer, princesa Ad Budur, y aplaudo hasta el infinito.

Pero cuando leo lo que escribe, sin verla en materia, se impone el 0. El silencio. Todo ruido está de más.

Pepe, en cierto modo me recuerda a ti. Los dos hacen verdad literaria la copla

...
con nieve en el semblante
y fuego en el corazón.

--... dice lo que siente pero no busca herir... Provoca admiración, miedo, respeto y en algunos casos envidia.

Bueno, esto y más dice el libro espía. Su piedra es el zafiro, de esto tengo que acordarme.

Y dice que su planeta es Júpiter y su color el verde; mira qué casualidad.

Es de alma masculina. Perfecto. Mi alma es femenina. Es el encuadre que tenemos. El alma.

El cuerpo, la materia física, el sudor, el olor, la gracia del baile, la danza del cielo... Bueno, Pepe.

En esto creo que no encuadramos, pero me da igual. Casi lo prefiero así.

Mañana te bajo la novela Crónicas del Acojeja... No, no te asustes por el título, hay palabras peores, y el libro tiene páginas buenas, decentemente escritas, y otras geniales.

Mañana en Walter.

Chito

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