lunes, 12 de marzo de 2018

apuntes (1)

En el acercamiento a la pintura de Nguyen:  dos cuadros, La Gioconda, de Leonardo, y Habitación de hotel, Hopper, están vistos en relación con el retrato más significativo de Nguyen (con La Gioconda) y La tentación ( con Habitación de hotel). Cada uno de los cuadros está hablando. No son imágenes donde se pueda dar por válido el lema "ESTO NO ES UNA PIPA". Sí que es una mujer la que está en cada uno de los cuatros cuadros, cada una individual pero dialogando con las otras. A la vez que dialogan dos mundos, el primitivo (inocente, alegre, sabio) y el civilizado (la resignación y la desolación). En Mona Lisa es la civilización de las ideas, conscientes de un entramado social donde no se puede decir lo que sabemos, sino que lo escondemos. En la obra de Nguyen las figuras humanas son fuente de una sabiduría esencial, expansiva, una sabiduría anterior al deterioro anímico impuesto por la Civilización. La mujer retratada por Da Vinci no tiene luz en el alma; la del retrato y la de La tentación no sufren incertidumbre. Serena y poderosa en este cuadro, con un soberbio paisaje que envuelve la atmósfera; casi es el protagonista del cuadro. Un paisaje liberado, no estipulado en una geometría arquitectónica, como en Leonardo.
Pero no hay desolación en el cuadro de Vinci. Sí en el de Hopper. La mujer de La Tentación tiene alegría serena y un compañero a sus pies. La de la Habitación de hotel, tiene sobre sus piernas un libro que no le dice nada, compañero frío en ese lugar cerrado.




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