martes, 20 de marzo de 2018

apuntes. 5

En un cuento de Olivia Falcón, leído hoy, publicado en facebook, se hace mención al cuadro de hopper Habitación de hotel. La autora narra la desgarradora soledad de la mujer del cuadro.

Aquí lo he puesto como antípoda del cuadro de Nguyen La tentación. El antes y el después de la intervención de la serpiente.

El cuadro del pintor americano está en una constelación opuesta al cuadro de la pintora vietnamita. En ésta, orbitan también La creación de Adán y La creación. En La tentación el verbo se ha hecho carne, en La creación está el verbo en estado primigenio, y en La creación de Adán está en energía embrionaria. Los fonemas del verbo en un pintor son los colores, las líneas, las manchas... Las palabras no son inocentes, ni los colores tampoco, ni el movimiento en la danza; delatan el mundo --si poseemos el don de ese oficio (danza pintura poesía -- instinto inteligencia intuición)--.
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Distintos cuadros componen frases. En el retrato de su madre está el sujeto, en La creación de Adán está el verbo, y en La creación el predicado. Descubrir esa frase es descubrir el gran secreto no sólo de la pintura de Nguyen, y no sólo de la pintura vietnamita, oriental, sino conocer el del arte desde el bisonte en el muro de la cueva hasta hoy. La energía de la tierra. La que nace en ella y la que llega del exterior. La tierra donde germina la semilla.

Estos tres son cuadros de la semilla y de la savia. De una planta que da flores y frutos. Donde la energía se apacigua.




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